Unos contadores por control remoto

AMR Systems nació en marzo de 2000 y está a punto de despegar. Dos emprendedores, Mario Comas y Carles Perelló, han logrado sacar un producto innovador, convencer a dos empresas de capital-riesgo y firmar sus primeros contratos, que les van a llevar de facturar 100.000 euros a tres millones el año próximo y a 24 millones en cinco años, según sus planes de negocio.

Comas encuadra su empresa dentro de las tecnológicas. AMR Systems ha desarrollado un sistema de redes inalámbricas para sensores cuya primera aplicación es la lectura de contadores de gas, electricidad y agua por control remoto. Actualmente se encuentra en negociación con un gran empresa española de estos sectores para la producción industrial del producto y su comercialización.

AMR Systems ha desarrollado unas redes inalámbricas cuya primera aplicación es la lectura de contadores de agua, gas y electricidad

"Somos una empresa eminentemente científica, de I+D, y necesitamos negociar con otras empresas industriales para poder explotar nuestra tecnología. Es un problema esencialmente financiero". Estas palabras de Comas quieren reflejar la carencia de capital en España dispuesta a entrar en negocios de carácter tecnológico. A AMR no le ha quedado más remedio, una vez que ha desarrollado el producto, que sentarse con otros industriales. Esta situación, según Comas, no se produce en otros países donde sociedades que operan con otros productos que desarrollan la misma tecnología, las redes Mesh.

Así, cita como ejemplos en EE UU a Ember, que ha logrado una línea de crédito de 50 millones de dólares, y a Meshnetworks, con otra de 37 millones, y en Europa a la francesa Coronis, con un apoyo financiero de 24 millones de euros. Todas ellas se fundaron después del año 2000. La revista Spectrum ha recogido esta tecnología en su selección de los 10 negocios científicos para los próximos 10 años. De hecho, menciona a una de las rivales de AMR, a Meshnetworks.

AMR Systems se tiene que contentar con el apoyo de dos sociedades de capital-riesgo, la catalana BCN Emprèn y la vasca Talde. Gracias al esfuerzo de los dos socios y de estas firmas, han llegado a contar con un millón de euros que les ha permitido desarrollar el producto. Este dinero, para Comas, ha sido el capital "semilla" para desarrollar las patentes Stream, registradas en 22 países, como EE UU, Canadá, la Unión Europea, China o Japón.

Rápida amortización

"Esta tecnología será importantísima en los próximos años, no sólo para el sector del agua, el gas y la electricidad, sino que será crítica para entornos como la domótica, la seguridad remota, los sensores en entornos públicos, en áreas metropolitanas y rurales, o las telecomunicaciones inalámbricas para acceder a Internet", señala Comas. Por este motivo, su variedad de usos, las inversiones, según Comas, se amortizan rápidamente y permiten a los operadores lograr un beneficio rápido en el servicio y en sus cuentas de resultados.