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Arte rupestre a la vista de todos

La réplica de la cueva de Ekain no estará finalizada y montada en Zestoa al menos hasta 2007

Maribel Marín Yarza

Da igual que sea invierno o verano. En la cueva de Ekain, una de las mejores muestras de arte rupestre del arco atlántico, la temperatura es estable (13º) y reina el silencio. Sólo se oye el ruido del agua al gotear y deslizarse sobre la roca, muy resbaladiza. En este ambiente humedo y de oscuridad absoluta estableció hace 14.000 años su casa de verano un grupo de hombres del Paleolítico. Sólo la habitaban de mayo a octubre, cuando se trasladaban en grupo al valle de Sastarrain (entre Zestoa y Deba) a sorprender a las ciervas con sus crías recién nacidas o a cazar cabras. En cambio, la decoraron a su gusto, sirviéndose de los accidentes y las formas de las rocas para pintar caballos, bisontes, osos, peces y signos no reconocibles con carbón y bióxido de manganeso, lo que convirtió la cueva en todo un santuario artístico.

Las galerías de Ekain se han conservado vírgenes, tal y como las dejaron a su marcha, porque sólo unos pocos afortunados, fundamentalmente estudiosos, han podido entrar en ellas desde que dos jóvenes de Azpeitia descubrieron la cueva al sentir una corriente de aire fría el 8 de junio de 1969. "El 12 de ese mismo mes colocamos una puerta de seguridad", cuenta Jesús Altuna, responsable del departamento de Prehistoria de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. "Pensamos que si la dejábamos abierta al público se iba a deteriorar como ha ocurrido en Altamira y Lascaux. Hubo quien nos acusó de 'encerrar la cultura entre rejas", continúa. "Nosotros éramos conscientes de que Ekain es un bien patrimonial que tiene que ser mostrado a nuestro pueblo. La única manera de hacerlo era con una réplica".

En 1985, Altuna remitió al Ayuntamiento de Zestoa un escrito para proponer la creación de una copia de la cueva. La idea cuajó con los años, en 1996 se encargó un estudio y se construyó una maqueta del proyecto. Posteriormente, se levantó, a unos 500 metros de la original, el edificio diseñado por Txema Alberdi para albergar la réplica.

Si se revisa la hemeroteca, pueden leerse titulares como éste: "La réplica de la cueva de Ekain se inaugurará a mediados de 2001". Altuna reconocía ayer, tras la primera reunión de la Fundación Ekain en Zestoa para dar un impulso definitivo al proyecto, que no estará lista hasta 2007. ¿Por qué este retraso? Primero, porque se ha decidido copiar la cueva. "Podíamos haber cogido el panel de los caballos y montarlo en San Telmo, pero hemos preferido no sacar las figuras de su contexto". explicó. La demora se justifica también por cuestiones de rigor técnico. "Se está utilizando una tecnología que cambia constantemente", recordó Altuna, "y Renaud Sanson es tan perfeccionista que busca siempre lo último. En abril le dijimos: punto redondo".

Sanson, autor también de la réplica de Lascaux, se ha fijado diciembre de 2006 como fecha para acabar la escenografía, que convertirá Ekain en la primera réplica mineral de una cueva -la roca, de un centímetro de grosor, tiene base de arcilla, polvo de vídrio, sílice y conglomerado acrílico-, la más grande -900 metros cuadrados frente a los 250 de Lascaux y Altamira- y una de las más fieles, aunque no exacta. "Ekain tiene una arquitectura realmente compleja que hace que sea imposible lograr una réplica íntegra", explica Sanson. "Intentamos hacer un proyecto contemporáneo que transmita la emoción que se tiene en la cueva original sin reproducirla toda, pero sí gran parte".

El especialista francés y su equipo de ZK Productions llevan años desarrollando un trabajo paciente y minucioso para lograr este objetivo en su taller de Montignac (Francia). Empezaron utilizando la técnica de la estereofotogrametría, que consiste en hacer fotografías, analizarlas por ordenador, crear a partir de ahí perfiles para reproducir las paredes y grabar en ellas en el punto exacto las grietas que existen en el original. Así se está elaborando el gran panel de caballos. Otras dos piezas centrales de la réplica, la roca del caballo y la de los osos, se están realizando gracias a la utilización de una Leika 4.500. Con ella se digitalizó por láser toda la cueva, lo cual permite afinar más el resultado y trabajar a metro cuadrado diario en lugar de centímetro a centímetro.

"Es un proyecto estratégico para Guipúzcoa", recalcó ayer el diputado general, Joxe Joan González de Txabarri. Por eso, la institución foral, que aporta un 60% del coste, y el Gobierno vasco, que pone el resto, se han gastado ya 4,3 millones de euros en este complejo que prevé atraer entre 90.000 y 120.000 visitantes al año y que incluye la creación de un museo de la prehistoria en el Palacio Lili. Estiman que será necesario un desembolso de otros 10,5 millones más.

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