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Los partidos laicos, kurdos y suníes piden aplazar las elecciones de enero en Irak

El Gobierno de Ayad Alaui planea reunirse en Jordania con líderes de la insurgencia

La creciente violencia en Irak no permite la celebración de las elecciones en la fecha prevista del 30 de enero. Así lo creen los representantes de 15 partidos que reclamaron el aplazamiento de los comicios al menos durante seis meses. No hay condiciones políticas, administrativas ni de seguridad que permitan celebrarlas, aseguraron. Los partidos chiíes, sin embargo, rechazan rotundamente el retraso. La misma postura que expresó desde su rancho de Crawford, Tejas, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que abogó por mantener la fecha establecida.

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El Gobierno interino iraquí y la Comisión electoral rechazan aplazar las elecciones

Los principales partidos iraquíes laicos, kurdos y suníes, entre ellos la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) y el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), aliados próximos a Estados Unidos, pidieron ayer el retraso de las elecciones que deben celebrarse el próximo 30 de junio debido a la expansión de la violencia en todo Irak. La Comisión Electoral examinará hoy la petición de los partidos firmantes, según aseguró su presidente, Abdel Hussein al Hindaoui.

Dirigentes de las formaciones celebraron en el domicilio de Adnan Pachachi, un influyente líder político suní que figuró meses atrás entre los presidenciables, una reunión en la que suscribieron un documento para solicitar la posposición de los comicios. Los participantes plantean que las elecciones tengan lugar en el plazo de seis meses y aseguran que ese retraso es necesario debido a la situación de violencia que padece Irak -especialmente en el denominado triángulo suní, alrededor de Bagdad, pero también en la ciudad norteña de Mosul- y para organizar adecuadamente las elecciones. Tres ministros del Gobierno asistieron a la reunión, pero el Acuerdo Nacional Iraquí, dirigido por el primer ministro interino, Ayad Alaui, finalmente no firmó la petición.

En las últimas semanas la Asociación de Clérigos Musulmanes, una importante organización suní, ha reclamado insistentemente el retraso electoral y amenazado con boicotear los comicios si se celebraban en enero.

En la posición opuesta se hallan los partidos chiíes, que representan al 60% de la población y exigen la celebración de las elecciones el 30 de enero. Los principales partidos chiíes -Dawa y la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica- no respaldan la iniciativa de los 15 partidos. El gran ayatolá Ali al Sistani, que busca un acuerdo entre todos los partidos confesionales chiíes para formar una lista única de cara a los comicios, reclama desde hace meses la celebración de elecciones cuanto antes, consciente de que la mayoría de la población es fiel a esta rama del islam.

El aplazamiento también contó ayer con la oposición del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que desea una rápida normalización del país. "La Comisión Electoral ha previsto que las elecciones se celebren en enero y espero que tengan lugar en enero", aseguró Bush desde su rancho en Crawford, Tejas, donde pasa unos días de vacaciones.

Sobre el terreno, las cosas son diferentes. Un oficial estadounidense afirmó ayer que será difícil desarrollar las elecciones en algunos sectores de Mosul. "Francamente, creo que hay algunas zonas de la ciudad donde las elecciones pueden celebrarse a día de hoy. Hay otras donde debemos hacer frente a grandes retos antes de que el escrutinio pueda desarrollarse", declaró el general Carter F. Ham en la principal base estadounidense de Mosul.

Reunión con los insurgentes

Pero mientras, surgen nuevas iniciativas para que los insurgentes abandonen la insurgencia. El ministro de Exteriores, Hoshyar Zebari, dijo que se está planeando una reunión en Jordania con los líderes insurgentes para que se sumen a la actividad política.

Por otro lado, cuatro empleados de una compañía de seguridad británica murieron el jueves y otros 15 resultaron heridos en un ataque con proyectiles de mortero de los insurgentes contra el recinto fortificado de la Zona Verde, en el centro de Bagdad, informó la empresa, Global Risk Strategies, en un comunicado. Un portavoz del Foreign Office confirmó que las víctimas mortales eran antiguos soldados de las tropas de élite británicas de origen nepalí. Global Risk Strategies ha desplazado a 1.000 agentes a Irak y Afganistán cuyo cometido es la protección de instalaciones vitales, entre ellas el aeropuerto de Bagdad.

Oficiales de la policía iraquí, con los traficantes y la droga que les confiscaron.
Oficiales de la policía iraquí, con los traficantes y la droga que les confiscaron.REUTERS

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