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Los dos rivales de Ucrania se sientan a negociar bajo la mediación internacional

Yúshenko exige que haya una segunda vuelta de las elecciones presidenciales el 12 de diciembre

Pilar Bonet

Víktor Yanukóvich y Víctor Yúshenko, los dos rivales por la presidencia de Ucrania, lograron ayer un compromiso, que incluye el diálogo mutuo asistido y la voluntad de esperar que el Tribunal Supremo examine con apertura y transparencia los resultados de los comicios del pasado domingo. El compromiso -que Yúshenko contempla como abocado necesariamente a unas nuevas elecciones-, fue el resultado de más de tres horas de conversaciones con Yanukóvich anoche en el palacio de Marinski de Kiev bajo los auspicios del presidente saliente, Leonid Kuchma.

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También se encontraba presente en la la cita entre los dos rivales un amplio elenco de mediadores internacionales, desde el máximo responsable de política exterior europea, Javier Solana, al presidente polaco Aleksander Kwasniewski, pasando por el líder de Lituania, Valdas Adamkus y el secretario general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Jan Kubich.

La sorpresa fue la presencia del jefe del parlamento ruso, Borís Gryzlov, en representación de su país, lo que contrastaba con las críticas del presidente Vladímir Putin a la mediación europea y las observaciones también negativas que el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, seguía formulando ayer en Moscú.

Putin se incorporó al carro de la mediación a última hora, para alivio de los representantes occidentales, que no querían ver a Rusia marginada en un esfuerzo común para ayudar a superar la crisis política en Ucrania. Ayer por la mañana, el líder ruso llamó en varias ocasiones a Kuchma por teléfono, mientras éste se entrevistaba con sus visitantes internacionales, señalaron fuentes diplomáticas a esta corresponsal.

A las diez de la noche, Kuchma, flanqueado por los dos aspirantes a su puesto y los mediadores, anunció el acuerdo alcanzado y subrayó que el diálogo se había caracterizado por una buena atmósfera. En un país donde la mitad de la población apoya a un candidato y la otra, al otro, "nadie puede considerarse ni vencedor ni vencido", dijo.

Los candidatos acordaron evitar el uso de la fuerza que pudiera llevar al derramamiento de sangre, iniciar conversaciones políticas conjuntamente con el presidente Kuchma y el jefe del Parlamento, Vladímir Litvin, y, para asegurar el proceso de negociación, constituir un grupo de trabajo desde anoche mismo. Al expresar su agradecimiento a los mediadores internacionales, Kuchma agregó que éstos pueden seguir siendo necesarios en el futuro. Luego, los asistentes se dieron la mano unos a otros. Solana reiteró después la voluntad de la Unión Europea de que Ucrania sea un país unificado y estable y de evitar nuevas divisiones de Europa. En su opinión, el acuerdo alcanzado "desactiva" posibilidades de violencia.

La calle, mientras tanto, era de los manifestantes. Por la noche, en la plaza de la Independencia de Kiev, Yúshenko dijo a sus seguidores que el contenido de las conversaciones con su rival sólo puede ser la repetición de las elecciones.

"Nadie debe irse a casa"

"Sin la victoria nadie debe irse a su casa", exclamó el candidato, que propuso el 12 de diciembre como fecha de los posibles comicios. Aunque el acuerdo alcanzado no menciona la anulación de las elecciones, tal como quería Yúshenko, de hecho, está implícito en él que habrá nuevos comicios presidenciales, "si se confirman los fraudes denunciados en las anteriores", señalaron medios diplomáticos participantes en las negociaciones de ayer. Estas pusieron dos condiciones a la presencia de la gente en la calle, a saber, que no haya violencia y que los manifestantes no bloqueen los accesos a los edificios oficiales, como ocurrió ayer por la mañana cuando los partidarios de Yúshenko impidieron al primer ministro, Yanukóvich, entrar en su despacho de trabajo.

La jornada diplomática de ayer comenzó con una entrevista entre Kuchma y el presidente de Polonia, Alexandr Kwasniewski, que se transformó en trilateral cuando se sumó a ella Javier Solana. El encuentro se amplió posteriormente con el presidente de Lituania y el secretario general de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

Desde Moscú, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguraba estar preocupado por "los intentos de algunos estados de llevar la situación a un marco extralegal". El ministro ruso de Exteriores añadió: "Algunas capitales europeas dicen que no reconocen las elecciones y proponen la tesis de que Ucrania debe estar con occidente. Esto debe ser decidido por los ucranios, porque Ucrania tiene frontera con Rusia y con occidente, y algunos parece que quieren crear una nueva línea divisoria en Europa".

Mientras se sucedían los encuentros diplomáticos, por quinto día consecutivo, Kiev fue escenario de gigantescas manifestaciones. Los partidarios de Yúshenko tenían tomado el centro y los de Yanukóvich se concentraron frente a la estación central, adonde llegaban por decenas de miles procedentes de las regiones orientales. El primer ministro salió ayer por primera vez a arengar a los suyos en la plaza de la estación, donde los forasteros del Este parecían sentirse más cómodos que en el centro de la ciudad. Desde su tribuna, Yanukóvich acusó a las regiones occidentales de estar llevando a cabo un "golpe de Estado anticonstitucional" y prometió volver a la plaza después de entrevistarse con Yúshenko, al que calificó de "ese gato pillo Leopoldo", en alusión a una popular figura de dibujos animados. El presidente de la cámara, Vladímir Litvín, ha convocado una sesión extraordinaria para discutir hoy la crisis.

Yúshenko, líder ucranio de la oposición (derecha) junto a su rival el primer ministro pro ruso, Yanukóvich, ayer en Kiev.
Yúshenko, líder ucranio de la oposición (derecha) junto a su rival el primer ministro pro ruso, Yanukóvich, ayer en Kiev.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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