"Hay que convertir en iniciativas empresariales las nuevas ideas y la creatividad"
Economista, inspector de Hacienda y de Aduanas e Impuestos Especiales, Eduardo Beut, nacido en 1957, fue delegado especial de la Agencia Tributaria en Valencia hasta que hace dos años se incorporó, a propuesta del PP, desde el gobierno de la Generalitat, y con el asentimiento de los socialistas, en la oposición, como consejero en Cartera de Participaciones Empresariales de la Comunidad Valenciana (CPE), la corporación instrumental desde la cual Bancaixa y la CAM gestionan sus inversiones en Abertis, Ribera Salud, Alzira Infraestructuras y otras sociedades. Beut, hombre conocido en el mundo del deporte valenciano -ha sido entrenador de baloncesto-, ocupa el cargo de vicepresidente de CPE.
"Hace falta que políticos, empresarios y sindicatos sean capaces de llegar a pactos en 10 o 12 temas"
"Se está desviando el foco de atención si se cree que el asunto de China es coyuntural"
Pregunta. Se suceden estas semanas análisis sobre la situación de la economía valenciana y el futuro del tejido productivo. Hace sólo unos meses, las dos cajas de ahorros, Bancaixa y la CAM, anunciaron la constitución de un fondo de capital riesgo a través de Cartera de Participaciones. ¿Cuál será su papel?
Respuesta. El fondo puede ser un gran instrumento, aunque de momento todavía no está constituido. En enero o febrero lo estará. Puede parecer limitada la voluntad de las cajas de llegar a acciones concretas en este terreno a partir de 20 millones de euros, pero la idea, que surgió de las direcciones generales de ambas cajas, si llega a funcionar como esperamos, es disponer de una herramienta para fomentar inversiones en nuestra zona.
P. ¿Es acertado pensar que la función del fondo de capital riesgo no sería tanto contribuir a salvar directamente el tejido productivo como apoyar a las empresas que tengan proyectos tecnológicos e innovadores?
R. Quizás la pregunta inicial tiene más sentido con esta segunda. Echo en falta un poco más de agresividad en la ayuda a la financiación del paso de lo que podemos denominar la inversión en la empresa a la innovación de la empresa. En una palabra, ayuda a lo que se conoce como "capital semilla", empresas que empiezan a surgir muchas veces con proyectos definidos, a las cuales no les hace tanta falta capital como una imagen a nivel nacional o europeo que les permita acceder a mercados y financiaciones. Es el caso de empresas de biotecnología, de sanidad y farmacia, e incluso empresas auxiliares de nivel tecnológico.
P. ¿Algo así como las del parque industrial de la Ford en Almussafes?
R. Pongo otro ejemplo. La Seat-Volkswagen intentó llevarse parte de la producción de Martorell a Bratislava, en Eslovaquia, y ha tenido que dar marcha atrás porque los costes de la fabricación de componentes y elementos auxiliares eran, al final, más altos que en las empresas creadas alrededor de la planta de Barcelona y no resultaba rentable marcharse fuera de Cataluña. La logística ha sido determinante en el replanteamiento.
P. Parece que hay que combinar colaboración pública y privada ¿Qué se puede hacer?
R. ¿Por qué no imaginar un núcleo formado por empresas privadas de nivel, rodeado de centros universitarios y de investigación y alguna bioincubadora, con el músculo económico de nuestro sistema financiero, y todo ello con la meta de acelerar la transferencia de know-how, capital humano y tecnología entre el sector investigador y la empresa? De los modelos existentes en Lund, Grenoble o Múnich -auténticos bioclusters- ya ha surgido spin-off de cierta entidad. No es ilusorio pensar en montar en Castellón un cluster cerámico que tenga como objetivo la economía del hidrógeno y las pilas de combustible, o las aplicaciones cerámicas en la industria aeroespacial. Valencia es, en estos momentos, proyecto piloto Life de medio ambiente de la UE para conseguir optimizar el uso energético y la producción de hidrógeno para aplicaciones de transporte urbano no contaminante.
P. ¿Por qué no se abordó antes un proyecto de capital riesgo desde las cajas?
R. Nosotros somos técnicos. No estamos para cuestionar el modelo. Los miembros del consejo de administración de Cartera de Participaciones Empresariales no podemos estar en el debate de si el modelo está bien o está mal. Nuestro trabajo es hacerlo lo más eficaz y eficiente posible. Por ejemplo, no es nuestra función evaluar si la inversión en Abertis es adecuada o no. Son los gobiernos de las cajas quienes lo deciden. Otra cosa es lo que pensemos como ciudadanos de a pie.
P. Haga un paréntesis y diga qué piensa del debate sobre la crisis de los sectores industriales tradicionales, especialmente después de los incidentes con los fabricantes chinos de calzado en Elche.
R. En sentido estricto, no se puede hablar de crisis. Ocurre que la globalización afecta a los sectores manufactureros tradicionales. Desde luego, ésta no es una opinión que se pueda vincular a la entidad. Para mí, se está desviando el foco de atención sobre los problemas de algunos tipos de industrias si se cree que el asunto de China es coyuntural, digamos un efecto del mercado a corto plazo. El producto interior bruto chino crece por encima de los otros y se calcula que en 2008 alcanzará al de Alemania y en 2015 al de Japón. En el año 2038 el PIB de China superará al de Estados Unidos. No se trata de un tema menor. No es algo que se pueda afrontar sin replantear algunas escalas de valores y sin una mentalidad de liderazgo a nivel institucional. Por ejemplo, China es ya una potencia en la fabricación de algunos pequeños y medianos electrodomésticos. Es un país que cuenta con un millón de científicos. No es la fábrica del mundo ni el paraíso de la falsificación...
P. A menudo se han criticado las inversiones empresariales de las cajas de ahorros.
R. Le pondré un contraejemplo. En Cataluña, determinados sectores están planteando dudas sobre la implicación de sus cajas en la industria y buscan como referencia la empresa vasca CAF (Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles), que fabrica tranvías, unidades para los metros de Madrid, Barcelona, Bilbao, Bruselas o Roma y locomotoras y trenes, con más de 3.700 empleados y una cartera de pedidos de casi 3.000 millones de euros. En ella tienen las cajas de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava el 24%, 20,7% y 5%, respectivamente, los empleados el 18% y un 30% cotiza en Bolsa. Puede sorprender que las cajas hayan invertido mucho y bien, pero ocurre así con esa firma guipuzcoana. La cuestión que se discute ahora es si las cajas han de revertir parte de los beneficios del ahorro local, en momentos de crisis, para apoyar a las empresas en el territorio donde están implantadas.
P. De todas maneras, los bancos y las cajas son reacios a tomar participaciones empresariales en nuevas industrias. Exigen garantías, avales, fianzas, en definitiva, ladrillos o suelo que garanticen su implicación...
R. Hay que convertir en iniciativas empresariales las nuevas ideas y la creatividad. Lo importante es el proyecto, el plan de negocio y el equipo tecnológico y gestor, no el aval personal que lo garantice.
P. Ahí entra el capital riesgo...
R. Todos recordamos la imagen de un grupo de jóvenes con barba y melenas en un garaje... con Bill Gates al fondo. Entre esa foto y un "boom empresarial" bursátil existen instrumentos financieros que facilitan ese cambio. El capital riesgo es uno de los principales. La productividad americana está basada en la diferente consideración social de los emprendedores y en el acceso a las formas de financiación. En la Unión Europea esta épica empresarial carece de espontaneidad y ha necesitado que la creatividad y la innovación fueran fomentadas desde "regulaciones ad hoc". Al ver que producían efectos indudables sobre el empleo y el desarrollo de la actividad económica, se complementaron con ventajas fiscales. El reto en nuestra comunidad es que el capital riesgo ayude al inicio de la actividad (start-up) y al capital semilla, y no se vuelque, como hasta ahora, exclusivamente en la compra de empresas competidoras, la financiación de nuevos productos o el crecimiento de los ya existentes.
P. Ha expresado usted opiniones sobre el arco mediterráneo y las posibilidades estratégicas de la economía valenciana...
R. Sí. Coincido en muchas cosas con lo que explicó el otro día Francisco Pons, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios, en una conferencia. Me causó una impresión positiva que uniera, por fin, datos actualizados del máximo interés con planteamientos desde la filosofía de la empresa y su día a día, desarrollando conocidos conceptos, tales como "campeones empresariales" e infraestructuras para el siglo XXI y otras ideas como "efecto sede", para relacionarlos con la implicación de las cajas en el modelo a nivel empresarial y no sólo financiero. Lo mejor, sin duda, era la propuesta de un acuerdo global en aquellos temas que deben ser cuestión de estado para nuestra comunidad, por encima de partidos y de personas. Efectivamente, hace falta que políticos, empresarios y sindicatos sean capaces de llegar a pactos en 10 o 12 temas, por encima de sus posiciones respectivas. Sin eso, es difícil perfilar una visión estratégica regional y global de la Comunidad Valenciana.
P. Sorprendió a los asistentes que a la conferencia no acudió nadie de las cajas ni del Banco de Valencia. ¿Las representaba usted?
R. No.
P. Desde Bancaixa, algún sector propugna la desaparición de Cartera de Participaciones. ¿Qué opinión le merece?
R. No se ha planteado la desaparición desde la caja. Quizás algún consejero lo haya apuntado debido a las dudas que le suscitan el modelo y su evolución. Es cierto que nos ha faltado una buena política de comunicación. Tal vez no hemos sabido explicar qué somos ni cómo queremos llevarlo a cabo. Cuando se me reclamó para dejar la Agencia Tributaria e incorporarme a Cartera de Participaciones, se me propuso un plazo temporal de cuatro años. Soy una persona que, si peca de algo, es de impaciente, pero creo que hace falta completar ese plazo para articular el modelo.
P. Quienes proponen disolver Cartera de Participaciones argumentan que nació como un paso hacia la fusión de Bancaixa y la CAM, que ha quedado descartada.
R. Creo que es precisamente lo contrario. Al descartarse la fusión, CPE surge como un vehículo de colaboración. Hay ejemplos parecidos en las cajas andaluzas y vascas.
P. La prensa se ha hecho eco de los últimos acontecimientos en relación con el hospital de Torrevieja y sus problemas con socios constructores. ¿Qué ha sucedido?
R. Nuestro consejo no se ha reunido durante estos acontecimientos, por lo que no hemos sido conocedores de las decisiones que se han producido. Se concedió una representación al director general, don Arturo Alario (que es el representante de CPE en la UTE) en unos términos y con unas condiciones para que negociara. Por tanto, el portavoz de nuestro consejo, que es el único autorizado a comentar estos temas, lo hará en su momento si se considera oportuno.
P. Así como Terra Mítica o el aeropuerto de Castellón quedan fuera de sus competencias, el hospital de Alzira sí que está en CPE, con lo que ustedes son protagonistas del modelo hospitalario de concesión pública y gestión privada impulsado por el PP desde la Generalitat...
R. Como le he dicho antes, no es mi cometido plantear si el modelo es bueno o malo. En este caso, es el gobierno valenciano el que ha optado por esa fórmula y nuestra misión es intentar que sea eficiente. El hospital de Alzira han venido a verlo, y varias veces, representantes del gobierno de Portugal, del Reino Unido, de la Comunidad de Madrid... No deja de preocuparnos que ese modelo, con algunas correcciones, se esté denominando "modelo portugués" o, también con algunas diferencias, "modelo Madrid" o "modelo español", cuando ha nacido aquí. Estamos, pues, en el hospital de la Ribera y en el futuro hospital de Torrevieja, en ambos con operadores tecnológicos diferentes. Probablemente, si en Dénia se elige el mismo sistema, participaremos también con el operador que se considere conveniente.
P. Llama la atención que las empresas de las cajas vinculadas a sectores inmobiliarios como Metrovacesa, estén fuera de Cartera de Participaciones.
R. Cartera de Participaciones surge de la voluntad de tomar posiciones en sectores estratégicos de la economía de la Comunidad Valenciana, como el energético, las telecomunicaciones, las infraestructuras y otro tipo de servicios. Creo que las dos cajas están bien gestionadas y compiten en determinados sectores, con políticas estratégicas que se enmarcan en sus planes de negocio respectivos. Nunca ha sido el objetivo de CPE interferir en sus políticas comerciales y de futuro.
P. La renovación de los representantes en el consejo de CPE se retrasa ya dos meses. ¿Hay algún movimiento?
R. La composición del consejo pretende ser un reflejo de la sensibilidad de la sociedad. La renovación depende de los órganos de gobierno respectivos. Los consejeros colaboraremos en el proceso en la medida que se nos solicite.
P. ¿Qué tal sus aficiones deportivas?
R. Sigo apasionado y volcado en el baloncesto, por supuesto con el Pamesa, aunque en los últimos tiempos confieso que la épica y la espectacularidad de la America's Cup me tienen fascinado.
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