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Mandos del Ejército alemán torturaron a decenas de soldados durante la instrucción

El ministro de Defensa ordena la destitución de los culpables de malos tratos

Un caso de torturas ocurrido el pasado junio en el cuartel de Coesfeld (Westfalia) durante una simulación de toma de rehenes y que salió a la luz hace unos días ha sacudido al Ejército alemán. El ministro de Defensa, el socialdemócrata Peter Struck (SPD), reaccionó ayer en el Parlamento con mano dura ante lo ocurrido al asegurar que no hay lugar en el Ejército para los malos tratos. El ministro aseguró que los casos de torturas se conocieron "por casualidad" y que la fiscalía de Münster está investigando a un capitán y 20 oficiales, sospechosos de los abusos a 80 reclutas.

Uno de los acusados, un oficial de 26 años, confesó al diario Bild Zeitung haber torturado a reclutas con electrochoques. Su abogado, afirmó su defendido, "se arrepiente" de lo ocurrido.

"Quien maltrata a subordinados no tiene nada que hacer en el Ejército, y tiene que quitarse el uniforme", dijo el ministro Struck, quien anunció la destitución de los culpables de malos tratos. El caso, cuyas víctimas ocultaron su sufrimiento, ha provocado el cuestionamiento de las directrices de la formación militar. El ministro dijo haber dado instrucciones al inspector general del Ejército para que analice las consecuencias psicológicas que pueden tener para los soldados que participan en una misión en el extranjero el contacto con la miseria o la violencia.

Las torturas en el cuartel alemán sucedieron hace meses. Y antes de las torturas a presos iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib. En aquel entonces, el ministro Struck afirmó que los soldados alemanes jamás serían capaces de maltratar a rehenes como hicieron algunos soldados norteamericanos en Irak. Los soldados de la compañía renana de Coesfeld no tuvieron escrúpulos en hacer daño a sus propios subordinados y éstos callaron durante los casi cinco meses que sus instructores les habían sometido a electrochoques, les taparon la nariz mientras les vertían agua en la boca, les obligaron a bajarse los pantalones y les taparon las cabezas con bolsas. Se trataba de simular "interrogatorios con rehenes".

Struck buscó ayer explicaciones y sostuvo que los soldados no se quejaron "por malentender la solidaridad y por entenderlo (el hecho de ser torturado) como virtud de un aventurero quien cree tener que demostrar que aguanta todo, incluso ese tipo de cosas". Según el experto de Defensa de los Verdes, Winfried Nachtwei, este caso pone de manifiesto la ausencia de una conciencia del derecho individual por repetirse (el maltrato) tantas veces sin ser denunciado".

El "entrenamiento realista" ni siquiera se lleva a cabo en las compañías llamadas "élites", informó un instructor de las mismas. Los soldados de estas unidades están especializados (desde 1996) en salvar, liberar y evacuar a personas de situaciones de terrorismo y de guerra. A los soldados se les prepara hablándoles, incluso con psicólogos.

Un portavoz del Círculo de Trabajo de Soldados Críticos dijo a la Segunda Cadena de Televisión Alemana ZDF que "asusta que las torturas se llevaran a cabo antes de Bagdad" y que "no basta con suspender a los oficiales de sus funciones". "Se ve", continuó el soldado jubilado, que "durante las operaciones en el extranjero se grabaron, en las cabezas de los soldados, imágenes de opresiones y de violencia". Las autoridades, tanto la oposición como el Gobierno, defienden que se trata de un caso particular. El soldado crítico, sin embargo, reiteró que siempre ha habido "icebergs" de opresión a los subordinados.

La Fiscalía de Münster, que ha abierto sumario contra un capitán y 20 oficiales, anunció que las investigaciones durarán meses e informó de que ya ha interrogado a 100 víctimas de diferentes cuarteles. La fiscalía aún no ha interrogado a los militares acusados.

El ministro de Defensa alemán, Peter Struck, junto a varios soldados, el pasado agosto en Bergen.
El ministro de Defensa alemán, Peter Struck, junto a varios soldados, el pasado agosto en Bergen.REUTERS

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