Bruselas deja que España examine la sociedad común de Shell y Cepsa

La Comisión Europea decidió ayer dejar en manos de las autoridades españolas de la competencia la decisión sobre el proyecto de fusión de los servicios de provisión de carburantes de las aeronaves de Shell España y Cepsa.

Para Bruselas, la creación de la empresa SIS, que se haría cargo de este servicio, no tiene ninguna incidencia fuera de las fronteras españolas y, por tanto, a pesar del enorme volumen de negocios conjunto, devuelve el expediente a España para que sean las autoridades nacionales las que aprueben, veten o condicionen la fusión.

La creación de SIS, que operará en la España peninsular y en Baleares, se produce a raíz de la liberalización de los servicios de asistencia en tierra en los aeropuertos españoles previstos por la directiva europea de 1996 sobre el acceso al mercado de asistencia en escala en los aeropuertos de la Unión Europea.

Techo superado

Las dos compañías petroleras madre, Shell España y Cepsa, habían enviado el proyecto a Bruselas porque superaba el techo establecido en el reglamento europeo sobre fusiones, que dice expresamente que es la Comisión la que debe hacerse cargo de un asunto cuando el volumen de negocios total a escala mundial o comunitaria supere un determinado techo.

El Gobierno español había pedido, sin embargo, a Bruselas la devolución del expediente porque la fusión puede suponer un problema de competencia en el mercado español, pero no afecta de forma significativa al mercado comunitario.

Una investigación preliminar realizada en el seno de la Comisión ha finalizado con una respuesta favorable a la petición española, si bien aconseja a las autoridades españolas analizar con especial detenimiento el caso, habida cuenta de la importante posición que ya detentan Shell y Cepsa en el mercado español del avituallamiento de carburante a las aeronaves, especialmente en los aeropuertos de Málaga y Sevilla.