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El Proyecto Schönberg acerca la música de la "consciencia"

Ferran Bono

"Tal vez es el mejor compositor vienés después de Mozart, aunque no el más popular". Así definió el prestigioso director de orquesta Michael Gielen a Arnold Schönberg (1874-1951). Su música atonal sigue provocando recelos entre parte del público, más acostumbrado al repertorio clásico-romántico. "El público quiere ir a un concierto a vivir momentos agradables y Schönberg les presentaba sus propios problemas internos", con obras que abordaban, por ejemplo, el holocausto judío, explicó Gielen. No en vano las composiciones de Schönberg exigen un esfuerzo del oyente, apelan a su "consciencia" intentando evitar que "se mire atrás" para "evitar problemas", al tiempo que "expresan el temor del individuo, de la sociedad", la "catástrofe" de la vida, del mundo, añadió el director.

De origen alemán, pero educado en Argentina, el director y especialista en Schönberg (1874-1951) actuó anoche en el Palau de la Música de Valencia, al frente de la Tonhalle Orchester Zurich, con un programa a modo de introducción del proyecto que contenía tres piezas del compositor austriaco (La canción de la paloma del bosque, La noche transfigurada y el Concierto para violín y orquesta), acompañadas por Tres fragmentos sinfónicos de Wozzeck, de Berg, y el preludio de Lohengrin, de Wagner. No en vano el "cromatismo" del músico alemán "muestra el camino" hacia la música atonal, añadió Gielen, hijo de director de orquesta y sobrino de un alumno de Schönberg.

Jano bifronte

El Proyecto Schönberg consta de tres conciertos de otras tantas reconocidas orquestas: la formación suiza ya señalada, la Sinfónica de la Radio de Berlín y la Sinfónica Baden-Baden und Freiburg. Todas ellas bajo la batuta de Gielen. Valencia, a través del Palau de la Música, es la única ciudad española que participa en la iniciativa, que tendrá lugar también en París, Zúrich, Berlín y Essen.

El 20 de febrero será el próximo concierto en Valencia con la sinfónica y el coro de la Radio de Berlín, con un programa compuesto por el preludio de Parsifal, de Wagner, y las obras de Schönberg Paz en la tierra, Un superviviente en Varsovia, La mano afortunada y Moisés y Aarón. El proyecto concluirá en el Palau de la Música el 12 de abril, con el preludio de Tristán, y las obras del vienés 5 piezas, op 16 -"que causa la impresión de oír lamentos", apostilló el director- y la ópera en versión concierto Variaciones para orquestas.

Schönberg es un compositor central entre dos épocas separadas por la Segunda Guerra Mundial. "Es", prosiguió Gielen, "como el dios romano Jano, con una cara que mira hacia delante y otra que mira hacia atrás". Su labor es similar a la de Bach, porque ambos culminaron una etapa artística e iniciaron otra. Bach fue el colofón al barroco y comienzo del siglo XIX que conduciría a Schumann y Mendelson; Schönberg "disolvió la época tonal y la sustituyó por la armonía de la fantasía".

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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