"El registro de las propiedades de Toro dio resultado negativo"
"El 27 de febrero de 2003 la Unión Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil comunicó a la zona de Asturias que, a través de fuente A-1, había tenido conocimiento de que Antonio Toro Castro poseía 150 kilos de explosivos y traficaba con drogas.
En las fechas siguientes se hicieron reconocimientos de zona en el entorno de los domicilios de Emilio [Suárez] Trashorras, de [Antonio] Toro Castro y de un tercer objetivo de Avilés.
Por la Guardia Civil de Oviedo se les realizaron seguimientos y vigilancias, no observando actividades ilícitas. Sobre las fincas e inmuebles de la zona de Cogollo, se realizaron reconocimientos de zona, vigilancia e informes fotográficos. Por la Guardia Civil de Gijón se obtuvo información del Registro de la Propiedad sobre los inmuebles citados, resultando que eran múltiples las propiedades a nombre de familiares de Trashorras y que éste pudiera haber utilizado para ocultar explosivos, averiguando, además, que no era bien recibido por los familiares.
En vista de los datos obtenidos y circunstancias descritas anteriormente, el capitán de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Oviedo se entrevista con los fiscales de Avilés, informando de la investigación y solicitando asesoramiento sobre la forma de judicializarla para obtener intervenciones telefónicas y, en su caso, registros domiciliarios y de las fincas. Los fiscales afirman que con lo obtenido hasta el momento no era posible fundamentar un mandamiento de entrada y registro o de intervención telefónica, ya que de las actividades realizadas e información de las fuentes que querían permanecer anónimas era de muy difícil consecución.
Por el motivo anterior, en mayo de 2003 aproximadamente, la investigación se orienta hacia la trama del tráfico de drogas, sobre la que es más fácil obtener indicios racionales, y que, además, parece ser la principal actividad ilícita de los investigados. Se trató de obtener teléfonos calientes que fueran usados para las actividades descritas sin resultado ya que los teléfonos que se iban obteniendo se comprobaba mediante vigilancia que no eran utilizados por los investigados. Se realizaron numerosas vigilancias y seguimientos sin progresar en la investigación.
En vista de que la investigación no progresaba y que, al parecer, la fuente de información de la UCO parecía muy próxima a los investigados, se acordó con dicha unidad que si averiguaban alguna fecha de algún posible viaje de los investigados a Asturias con drogas, lo comunicasen al objeto de esperarlos en el peaje de Campomanes y, una vez detenidos, solicitar los preceptivos mandamientos de entrada y registro para buscar más drogas y, de esa manera, comprobar si existían armas o explosivos o en su defecto obtener pruebas o evidencias de su existencia; pasando varias semanas sin novedades porque, al parecer, el confidente de la UCO había dejado de informar sobre dicho asunto.
Dentro de la investigación y siguiendo la línea del tráfico de drogas se procedió a realizar controles operativos montados al efecto, dando como resultado que en uno de ellos se procedió a la detención de Antonio Toro Castro en junio de 2003, por efectivos de la Comandancia de Gijón, por un delito contra la salud pública y tráfico de drogas, lo que llevó al registro autorizado de sus propiedades, con resultado negativo. (...)
Por la policía judicial de Oviedo se siguió trabajando dicha investigación hasta septiembre-octubre de 2003 no aportando datos de interés para el asunto que nos ocupa, quedando, para dinamizarla, a la espera de nuevas actividades que pudieran encaminarla hacia la vía judicial".
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