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La oposición rusa envidia las protestas de Kiev

Pilar Bonet

"Les envidio". Con estas palabras, el político liberal ruso, Borís Nemtsov, expresaba ayer sus sentimientos a Víktor Yúshenko y sus seguidores en la tribuna de la plaza de la Independencia de Kiev. "Tras la defensa de sus libertades están también las nuestras", dijo Nemtsov, ex vicejefe de uno de los Gobiernos reformistas de Borís Yeltsin y uno de los pocos políticos rusos conocidos que se ha atrevido a apoyar a Yúshenko en el clima de animadversión y rechazo que el líder de la oposición ucrania provoca en el país eslavo vecino.

Nemtsov, que es amigo personal de Yúshenko, tenía razones para envidiar un mitin como el de Kiev, ya que Moscú no ve una cosa así desde hace más de una década y él mismo apenas si ha conseguido sacar a la calle a varios centenares de personas para protestar por la guerra de Chechenia.

"La alianza de los chequistas [los miembros de los servicios de seguridad soviéticos] y los delincuentes reincidentes es una aberración", dijo Nemtsov, refiriéndose al apoyo que el presidente Vladímir Putin, un antiguo oficial del KGB, presta a Víktor Yanu-kóvich, que fue juzgado y condenado en dos ocasiones en su juventud. La multitud se deshizo en aplausos.

En Ucrania se evidenciaban ayer fisuras no sólo nacionales sino también internacionales. Mientras los observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) denunciaban el fraude, los observadores de la Comunidad de Estados Independientes se mostraban satisfechos con los comicios, y el presidente de la Duma estatal rusa, Borís Grizlov, de vuelta ya en Moscú, felicitaba a Yanukóvich, porque, según él, los datos del recuento, no dejaban duda sobre quién era el vencedor.

Preguntado por las discrepancias con los observadores de la CEI, Bruce George, el jefe de los observadores de la OSCE, hizo ayer una alusión crítica, afirmando que hay quien sabe por experiencia lo que son unas buenas elecciones y quien "viene de países sin experiencia de elecciones democráticas". Las cifras de asistencia en la región de Donetsk son comparables a los resultados electorales de la república asiática de Turkmenistán, señaló uno de los miembros de la misión de la OSCE .

Envidia y solidaridad expresaban ayer grupos de georgianos y de bielorrusos que hacían ondear sus banderas en la plaza. Tanto la oposición al presidente Eduard Shevardnadze en Georgia como los adversarios del presidente Alexandr Lukashenko en Bielorrusia imitaron el modelo organizativo que provocó la caída de Slobodan Milosevic en Belgrado. En el caso de Georgia, la fórmula dio resultado. En el caso de Bielorrusia, no.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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