Ucrania vota masivamente y en un clima de gran tensión en unas presidenciales decisivas
Los primeros datos sitúan por delante a Yanukovich, el candidato apoyado por Rusia
El jefe del Gobierno, Víctor Yanukóvich, lideraba ayer los primeros resultados provisionales de las elecciones presidenciales de Ucrania con un 51,17% frente a su rival, Víctor Yúshenko, con un 45,44%, cuando se llevaban contados más de 5,7 millones de votos, lo que equivalía al 26,1% de los colegios electorales, según informó de madrugada el jefe de la comisión electoral central Serguéi Kiválov. Ucrania votó de forma masiva -la participación llegó al 79,02%- y en un clima de gran tensión. Ambos candidatos se atribuyeron la victoria.
Más de 37,6 millones de personas habían sido convocadas a las urnas en esta segunda vuelta y la asistencia, que llegó al 79, 02%, estuvo por encima de la que se registró en la primera vuelta el 31 de octubre y batió récords históricos en este país, profundamente dividido entre las zonas industriales del Este, pobladas por rusohablantes, y las regiones occidentales, de tradiciones centroeuropeas.
El cisma se ponía en evidencia con datos como el 96,86% de los votos a favor que iba cosechando Yanukóvich en su región de origen, la zona minera de Donetsk, en el Este y el 94,34% o el 93,46 % que contabilizaba Yúshenko en las regiones occidentales de Ternópol e Ivano-Frankó, respectivamente. El peso demográfico de Ucrania recae sobre su parte oriental, donde están los grandes concentraciones industriales del país.
Al margen de los primeros resultados provisionales, ambos candidatos reclamaban la victoria para sí en sendos recuentos paralelos. Yúshenko con un 55,38% y Yanukóvich con un 53,45%. Las encuestas a pie de urna resultaron finalmente contradictorias y confusas.
Al divulgarse los primeros datos oficiales, Yúshenko y varios de sus colaboradores se presentaron a la Comisión Central Electoral para tratar de entrevistarse con su presidente, pero no se les permitió la entrada.
En Kiev, donde podía verse a muchas personas con lazos y prendas de color naranja (el color de Yúshenko), reinaba ayer un ambiente de cambio que se transformó en tensión al cerrarse los colegios, cuando aparecieron elementos de incertidumbre. La intimidación venía de ambas partes. Alegando la posibilidad de un pucherazo, Yúshenko había sacado a sus seguidores a la plaza de la Independencia de Kiev para asistir a un recuento paralelo y también para vigilar los colegios. Por su parte, los partidarios de Yanukovich aseguraban que su sede electoral podía haber sido minada.
Coche con explosivos
Mientras tanto, la policía anunció que había encontrado un coche con 1,5 kilos de explosivos en el centro de Kiev y detenido a un ciudadano procedente del oeste del país.
La campaña electoral ha sido muy crispada y durante la misma, Yanukóvich fue caracterizado por sus contrincantes como un bandido y Yúshenko, como un agente norteamericano.
La realidad, sin embargo, es más compleja. El vencedor de estas elecciones, de querer mantener la estabilidad en el país, deberá hacer concesiones al perdedor, eventualmente mediante una reforma política que dé más competencias al Parlamento, con el fin de evitar situaciones de cisma tan radical como el que se evidenciaba ayer.
El Ministerio de Defensa desmintió las informaciones procedentes del entorno de Yúshenko, según las cuales convoyes militares se dirigían a Kiev desde distintos lugares del país. Se registraron numerosos incidentes e irregularidades,aunque no tan sustanciales como para invalidar las elecciones. El suceso más grave fue el asesinato de un inspector de policía, que el domingo por la mañana fue hallado muerto de un golpe en la cabeza en el colegio electoral que custodiaba en el pueblo de Molodetskoe, al sur de Kiev.
El inspector aparentemente fue atacado con el fin de robar su pistola. En otro colegio de la ciudad de Smila, seis enmascarados irrumpieron en un colegio y destruyeron las urnas.
Tanto Rusia como EE UU han desempeñado un papel muy activo durante la campaña electoral. El presidente Vladímir Putin se desplazó dos veces a Ucrania para apoyar a Yanukóvich y ha enviado al jefe de la Duma Estatal, Borís Gryzlov, como representante.
Este funcionario dijo anoche que Rusia no esperaría al recuento definitivo de los votos para reconocer al vencedor, puesto que, según él, hoy estará claro quien ha salido victorioso. Con todo Gryzlov anuló la rueda de prensa que tenía prevista anoche en el centro ruso que ha servido de sede al enjambre de especialistas en tecnologías políticas llegados de Moscú para defender los intereses nacionales de Rusia entendidos como un apoyo a Yanukóvich. Yúshenko advirtió a última hora de la noche que los primeros datos oficiales s no eran solventes y consideró que se estaba intantando cometer un gran fraude.
Kiev se debate entre el cambio y el temor
"Yo me opongo a la violencia y no soy un revolucionario, pero si es menester saldré a la calle a mostrar mi posición cívica", decía ayer Yevgueni, un orondo ciudadano que se presentaba como pequeño empresario y que, junto con su esposa y sus dos hijas, acudió al colegio número 17 de Kiev, en un barrio de la ribera izquierda del Dniéper. Todos ellos aseguraban haber votado por Víktor Yushchenko.
"Si gana Víktor Yanukóvich, como mínimo estará 10 años en el poder y tendremos corrupción, injerencia en las empresas privadas, una mala política financiera y la represión del movimiento estudiantil", afirmaba la mayor de las hijas, Oksana, de 19 años, estudiante de Económicas. "Todos mis amigos apoyan a Yushchenko", añadía Alesia, la menor, de 18 años, estudiante de Finanzas. Alesia contaba el caso de una vecina, estudiante como ella, que, según decía, había sido instada por sus autoridades académicas a que solicitara un certificado de desplazada y fuera a votar a un colegio electoral situado en la Academia del Servicio de Impuestos, en Irpén, cerca de Kiev. "La amenazaban con represalias si no iba", afirmaba la joven, segura de que el voto de su amiga iba a ser manipulado.
"No creo que los jóvenes puedan ser obligados a votar por uno o por otro candidato", opinaba Liudmila Lisenko, la presidenta del colegio electoral número 15, que como ciudadana votó por Yushchenko. "Falsificar el voto en los colegios es muy difícil porque habría que contar con la mayoría de sus miembros", explicaba Lisenko, que descartaba falsificaciones de envergadura. "Antes tenía dudas, pero ahora no, porque en esta segunda vuelta tanto Yanukóvich como Yushchenko tienen acceso al centro de ordenadores adonde llegan todos los protocolos", afirmaba. En primera vuelta, Yushchenko obtuvo el 62,36% en Kiev. Los colegios 17 y 15 no fueron una excepción, pero en ellos también había partidarios de Yanukóvich, como Liubov, una jubilada que se beneficia de un reciente aumento de pensiones. Liubov cobra ahora 284 grivnias (cerca de 40 euros) y vive con esta mísera suma. "Los jubilados comemos poco", sentenciaba.
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