Un ensayo defiende la calidad arquitectónica de los proyectos de vivienda colectiva
La vivienda colectiva es el garbanzo negro de los proyectos arquitectónicos que publican las revistas especializadas. Se salvan algunas aportaciones concretas, pero no son frecuentes publicaciones genéricas, como Densidad/densitiy (Ediciones a+t, Vitoria), que presenta más de 60 proyectos y 12 planes urbanísticos de todo el mundo, desde Sanchinarro en Madrid hasta Manhattan, Rotterdam o Pekín.
Los proyectos han sido seleccionados por el arquitecto Javier Mozas y la periodista Aurora Fernández Per, responsables de la revista a+t, publicación especializada en arquitectura y tecnología que desde 1992 se edita en Vitoria sin respaldo institucional ni publicidad. "Llevábamos varios años preocupados por el escaso tratamiento que recibe la vivienda colectiva, cuando en realidad es el principal elemento para hacer ciudad", recuerda Mozas.
Con este punto de partida, el resultado atiende a su título de Densidad en la ordenación de los proyectos: desde ejemplos de 40 viviendas por hectárea hasta las edificaciones que ofrecen 10 veces más pisos en igual espacio. En este último apartado, los mejores ejemplos llegan de Asia. "En aquel continente tienen claro que la ocupación del suelo destruye recursos para otros destinos, como la agricultura; por eso no tienen problemas en construir grandes rascacielos", comenta el arquitecto alavés.
Torres y paisaje
Esta tendencia ya se percibe en países europeos como Holanda o Austria, porque las torres pueden convivir con el paisaje. Según Mozas, "la relación del edificio en altura con el medio natural puede resultar más armoniosa que la que mantienen las edificaciones y el espacio libre en las áreas suburbanas de baja densidad". No en vano, en Gran Bretaña la reflexión sobre este asunto es clave desde hace lustros.
No faltan ejemplos de lo más interesante que se está construyendo en España, como el proyecto de Blanca Lleó con el equipo holandés MVRDV, que ilustra la portada del libro. Es la construcción paralela a la famosa edificación perforada que ya forma parte del paisaje de Madrid, diseñada por los mismos autores. Este segundo proyecto, a punto de comenzar a construirse en el barrio de Sanchinarro, es una manzana perforada, con 30 volúmenes construidos que se intercalan con otros tantos vacíos. Se superponen en celosía agrupaciones de viviendas y patios vecinales, de tal modo que los pájaros, el viento y el sol atraviesan el edificio.
El libro, que nace con vocación de manual, concluye con algunas características de la vivienda colectiva del futuro. Entre otras, será neutra, flexible y diversa, para adaptarse a distintos usos a lo largo de su vida. También se caracterizará por ser ecológica: consume el terreno justo, se alimenta con energías limpias y relega el coche, con lo que recupera el espíritu de las plazas y patios de las viejas ciudades.
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