Una bolsa de comida por solidaridad

La semana pasada fueron aproximadamente 1.400 personas, la anterior, 1.200 y así cada viernes. Las colas ante la iglesia evangélica comunidad cristiana Eben-Ezer, en la calle de Sierra Tortejada, son cada vez más largas. En su mayoría son inmigrantes que acuden de todos los lugares de Villa de Vallecas, e incluso de otros puntos de la capital, en busca de alimentos.

"Repartimos miles de bolsas de comida", explica el pastor de la iglesia, Joaquín Yebra. "Es un milagro que podamos atender a tanta gente", cuenta. Los alimentos provienen de donativos de la Cruz Roja y de algunos supermercados de la zona, pero empiezan a escasear ante la creciente demanda. "Cuando se trata de donar ropa la gente nos entrega la que les estorba, pero no traen ni un kilo de arroz, que para los latinoamericanos es como para nosotros el pan", afirma.

Los inmigrantes no sólo crecen en las colas frente al templo. También la congregación tiene un claro color multicultural. El pastor es español, pero en su comunidad, que los domingos logra reunir a más de 140 personas para escuchar misa, "son sobre todo suramericanos de Ecuador, Bolivia, Colombia, pero también tenemos familias africanas, cubanas y de otros muchos lugares. Madrid, hoy, es un crisol", explica. La razón es sencilla: "En Latinoamérica hay millones de evangélicos. Sólo en Brasil son más de 15 millones de personas", agrega. Muchos inmigrantes son practicantes en su lugar de origen, y cuando llegan a España buscan una comunidad evangélica para seguir el culto. Pero la nostalgia y la soledad también atraen a muchos a la comunidad Eben-Ezer. "Es lógico", dice el pastor, "aquí encuentran el calor de su gente".