Fenosa cree que falló el transformador de la subestación incendiada el jueves

El incendio del pasado jueves en la subestación de Unión Fenosa en Méndez Álvaro (Arganzuela) se debió a un fallo en el transformador, que sólo llevaba funcionando seis meses. Éstos son los primeros resultados de las investigaciones llevadas a cabo por técnicos de la compañía eléctrica, bomberos de la capital y la policía judicial. Por la "gravedad de los hechos", Fenosa ha pedido una revisión de los otros tres transformadores de la subestación, fabricados también por la multinacional sueco-suiza ABB, que también construyó el transformador que ardió en julio en la calle de Almadén.

Unión Fenosa anunció ayer, a través de un comunicado, que ha pedido a la empresa ABB que revise los otros tres equipos similares instalados en la misma subestación en la que se produjo el siniestro y que garantice su seguridad. La empresa, que no realizará directamente la investigación y certificación de los aparatos, anunció que colaborará, mediante un equipo de técnicos que ya ha designado, con el instituto CESI (dedicado a la tecnología eléctrica de alta de tensión) en la revisión de los mismos.

Esos tres transformadores, de la misma generación y características que el que ardió, son los únicos fabricados por ABB que Unión Fenosa conserva en las 62 subestaciones que tiene en Madrid. Teniendo en cuenta que los cuatro aparatos fueron instalados hace sólo seis meses y que las primeras investigaciones apuntan a que el incendio se debió a un fallo dentro de la máquina, Fenosa quiere revisar "de forma inmediata y en profundidad" los otros tres transformadores. El objetivo es "evitar eventuales fallos de similar naturaleza", explicó Fenosa.

La empresa eléctrica resaltó que el transformador que ardió el pasado 15 de julio en la subestación de la calle de Almadén, muy cerca del Congreso de los Diputados y a escasos 100 metros del paseo del Prado, también fue fabricado por la empresa ABB.

Sin embargo, fuentes de esta multinacional aseguran que las causas de uno y otro siniestro son distintas: el ocurrido el pasada julio se produjo por una mala conexión, mientras que el del pasado jueves se debió, según las primeras investigaciones, a un posible cortocircuito dentro del propio transformador.

La investigación para determinar las causas del incendio comenzaron a mediodía de ayer. El equipo está compuesto por un técnico de Unión Fenosa, bomberos del Ayuntamiento de Madrid y miembros de la Policía Judicial.

Transformadores distintos

Además, la empresa suizo-sueca ABB explicó que los transformadores de la estación de Méndez Álvaro y de la calle de Almadén eran "distintos". El primero transformaba la electricidad de 220 a 15 kilovoltios, mientras que el segundo de 220 a 45. Según fuentes de ABB, esta maquinaria, que puede costar entre 1,2 y 1,8 millones de euros, se hace "prácticamente a la carta", es decir, se fabrica en función de las especificaciones técnicas que establece el comprador.

La multinacional suizo-sueca es una de las mayores fabricantes mundiales de transformadores, que tienen como misión ampliar o reducir la tensión con la que circula la energía eléctrica. ABB ha fabricado entre el 30% y 40% de todos los transformadores que hoy proporcionan energía eléctrica en España.

Desde todos los organismos públicos (Delegación del Gobierno, Gobierno regional y Ayuntamiento de Madrid) se anunció la apertura de una investigación para evitar que se repitan accidentes como el del jueves. Por su parte, la Asociación de Profesionales de Ingeniería de Protección contra Incendios (APICI) explicó que cuando los incendios fortuitos, como el de la subestación de Méndez Álvaro, se repiten en tan poco tiempo "es posible que no se den las condiciones más adecuadas para evitarlos". El secretario de APICI, Fernando Vigara, aseguró que la frecuencia de los siniestros (el de julio y el del jueves) es "inaudita" y "no lógica", lo que hace pensar que las causas puedan estar en que los "factores preventivos no son los adecuados".

Según Vigara, en estas situaciones se dan dos circunstancias: la de la destrucción del equipo en sí y el hecho de dejar de suministrar energía eléctrica a los abonados. Este segundo "no está bien resuelto", dijo, ya que en el último siniestro y el ocurrido el pasado julio se tardó más tiempo del "deseable" en restablecer el servicio.

En cuanto a los sistemas de protección de incendios, consideró que los utilizados "no parece que sean los más adecuados", aunque insistió en que su asociación sólo puede hacer "conjeturas", porque no dispone de toda la información necesaria para realizar un diagnóstico exacto.