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PANTALLA INTERNACIONAL

Benigni reconstruye una derruida Faluya en un decorado de Túnez

El director y actor italiano rueda 'El tigre y la nieve', una historia de amor imposible que se desarrolla en Irak, en pleno conflicto bélico

Enric González

Roberto Benigni filma estos días una Faluya incendiada por la guerra. La Faluya del actor y director italiano no es, sin embargo, la que intentan ocupar las tropas estadounidenses, sino una reconstrucción más o menos fidedigna de la ciudad iraquí, en una zona desértica de Túnez. La película en que trabaja Benigni, El tigre y la nieve, es una historia de amor imposible que se desarrolla en Irak, en pleno conflicto bélico. No hay oportunismo comercial, dice: "Esta guerra ha marcado nuestras vidas, me habría referido a ella aunque dirigiera un documental sobre la pera madura".

El tigre y la nieve muestra un parentesco no muy lejano con La vida es bella, que en 1997 obtuvo tres oscars y el Gran Premio del Jurado del Festival de Cannes e hizo internacionalmente famoso al actor, director y guionista toscano. Si en una intentaba injertar un brote de humanidad en un campo de exterminio nazi, en otra coloca a un poeta enamorado en un campo de batalla. El tigre y la nieve es la historia de un poeta italiano, Attilio de Giovanni, interpretado obviamente por el propio Benigni, que se enamora de una joven, interpretada por Nicoletta Braschi. La joven, también obviamente, no corresponde los sentimientos del poeta, y huye a Irak para librarse de él. Pero el poeta la persigue. Y la encuentra en el momento en que cae Sadam Husein y las fuerzas invasoras entran en Bagdad. El otro protagonista es el francés Jean Reno, que interpreta a un gran escritor árabe.

Fidelidad documental

Benigni precisa que no se trata de una película bélica ni de un documental sobre la invasión, "aunque nos hemos documentado muchísimo sobre la situación en el país" y "habrá referencias" a George W. Bush, Tony Blair, Silvio Berlusconi y "a otros poderosos del planeta". "Hemos reconstruido las calles y los paisajes iraquíes", explica, "de la manera más fiel posible y en la segunda parte, la que se desarrolla en la guerra, habrá todo lo que tiene que haber: soldados americanos, ingleses, italianos, gente de la Cruz Roja...". El Ejército tunecino ha proporcionado cientos de soldados que actúan como figurantes en las escenas bélicas.

El cineasta toscano, que obtuvo meses atrás un gran éxito en Estados Unidos con una lectura del último acto de La Divina Comedia de Dante, el que habla del paraíso, opina que la poesía se desarrolla bien en un entorno trágico. "Es lo más natural del mundo", dice, "es en las situaciones que nos afectan en lo más profundo, en que sentimos que estamos a punto de caer, es justo entonces cuando desplegamos las alas". Roberto Benigni se declara contrario a la invasión de Irak y a todas las guerras: "Ninguna masacre sirve para prevenir otra masacre".

Benigni empezó a filmar en agosto, en Roma, y desde entonces la producción ha seguido todas las vicisitudes de la guerra. El momento más emocionante se produjo con la noticia de la liberación de Simona Parri y Simona Torretta, las dos cooperantes italianas secuestradas durante semanas en Bagdad. "Cuando llegó la noticia se detuvo el trabajo", recuerda, "y aplaudimos dos veces, una por cada Simona, y nos conmovimos. El momento en que eran al fin libres y se levantaban el velo del rostro nos proporcionó una de las imágenes más bellas de la cinematografía, la literatura, la música y hasta de la ciencia hidráulica en toda la historia de la humanidad".

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