La ponencia de Víctimas celebra hoy su última reunión sin visos de consenso

La ponencia de Víctimas del Terrorismo formada en la Cámara de Vitoria celebra hoy su última y decisiva reunión con varios documentos sobre la mesa y sin muchos visos de alcanzar un acuerdo unitario que refrende el sellado en junio de 2003 como resultado provisional de su trabajo. Será, de terminar su tarea sin un informe unitario que elevar para su debate en la Comisión de Derechos Humanos, la segunda vez que el presidente de ésta, el peneuvista Iñigo Urkullu, fracasa en su intento de lograrlo, ya que también en la legislatura anterior el intento resultó baldío.

La mayor amenaza a la posibilidad de alcanzar un acuerdo radica en la desconfianza generada por el incumplimiento de los acuerdos de 2003, por el que la crítica de la oposición ha alcanzado por vez primera desde su nombramiento a los directores de Víctimas y de Derechos Humanos del Gobierno, Maixabel Lasa y Txema Urkijo, respectivamente, como se puso de manifiesto en la Cámara la semana pasada.

Pese a las escasas posibilidades de consenso, Urkullu piensa que no cabe más demora ni tiene sentido dar más tiempo de trabajo a los ponentes, toda vez que los acuerdos y los desacuerdos están ya cuajados. Esta semana ha preparado con el letrado el informe que propondrá a su aprobación. "El acuerdo no está fácil, hay muchas aristas", reconocía hace una semana, tras la penúltima sesión de trabajo del grupo.

Informes

Los ponentes tendrán hoy sobre la mesa varios informes y fuera de ella, pero obligados a tenerlos en cuenta, diversos escritos que estas últimas semanas, el último de ellos ayer mismo, han hecho públicas las distintas asociaciones y colectivos de víctimas.

Entre los textos que manejarán en la reunión los ponentes están, además del preparado por el presidente, otro documento que entregó hace ya dos semanas el representante socialista, Rodolfo Ares, que incorporaba sobre la base de su propuesta de resolución, aspectos de la del tripartito.

Ares, cuyo grupo pone el acento en el incumplimiento de los acuerdos alcanzados hace un año, ha desempeñado en estas semanas el papel de puente con el ponente del PP, Santiago Abascal, reacio a un acuerdo que se aleje lo más mínimo de las peticiones centrales de los colectivos de víctimas, incluyendo la de disolver el grupo parlamentario de la ilegalizada Batasuna. Ayer mismo, la AVT revalidó esa postura. Abascal sí ha accedido a reconsiderar su exigencia de adhesión expresa al Pacto Antiterrorista.

Otras 12 asociaciones y fundaciones de víctimas han suscrito un documento conjunto en el que reclaman al Gobierno que cumpla "en el plazo más breve posible" los acuerdos en esta materia adoptados por el Parlamento autónomo. De igual forma, instan a los grupos parlamentarios a profundizar en las medidas de apoyo.