Archivo de Salamanca
La actitud de ciertos políticos empeñados en manipular la cultura, que es un bien de todos, me parece aberrante. Los nacionalistas llevan al extremo esa manipulación (lengua, tradiciones, hecho diferencial, etcétera), pero ahora también toca a los fondos históricos de los archivos.
La polémica creada con la documentación del Archivo de Salamanca y el nombramiento de un comité de dudosa imparcialidad pueden provocar la dispersión de sus fondos, cuando la lógica y las teorías defienden que los fondos documentales estén reunidos en un solo archivo, para poder ser consultados por profesionales con fines de investigación y por los ciudadanos que tengan interés por ciertos temas. ¿Por qué no invitar a expertos de organismos internacionales, alejados de los intereses partidistas que se enfrentan en estos momentos -por ejemplo, de la Unesco, el Consejo Internacional de Archivos, etcétera-, que tienen una visión y una formación más objetiva de cómo se deben gestionar, guardar y difundir los fondos documentales de los archivos?
Para don Julio Valdeón, catedrático y ganador del Premio Nacional de Historia 2004, la politización y fragmentación de los fondos de los archivos sería un desastre y un precedente peligroso. Cataluña tiene fondos de otras comunidades; por tanto, si todos empiezan a exigir la devolución de su patrimonio, sería un caos cultural y una muestra de la escasa talla política de los responsables de semejante estupidez. La convivencia, la tolerancia y el respeto dentro del conjunto de los pueblos de España es el ejemplo que nuestros políticos deben darnos, en vez de las peleas de vecinos.
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