"Si Europa no cumple sus compromisos, pronto estaremos en punto muerto"
Husein Musavián ha sido el jefe del equipo iraní en las negociaciones nucleares que los tres grandes europeos (Alemania, Francia y Reino Unido) celebran con Teherán desde el año pasado. Experimentado diplomático y hombre con fama de pragmático, Musavián, de 57 años, ha sido, a decir de sus interlocutores, un negociador duro, pero amable y positivo. "Le ha costado vender el acuerdo a ciertos sectores del régimen", confía un embajador que se sentó al otro lado de la mesa. Ayer recibió a EL PAÍS en su despacho del Consejo Nacional de Seguridad. "No tenemos nada que esconder", declara convencido de que el éxito o el fracaso no dependen sólo de Irán.
Pregunta. ¿Por qué la suspensión del enriquecimiento de uranio a partir del día 22 y no inmediatamente?
"La transparencia no es difícil para Irán, porque no tenemos nada que esconder"
"Israel posee armas de destrucción masiva y recibe todo tipo de ayuda, incluida la financiera"
Respuesta. Hay un montón de trabajo administrativo y también algunos asuntos técnicos. En realidad necesitaríamos entre tres y cuatro semanas, pero dada la urgencia del caso, hemos querido hacerlo antes de que se reúna la junta de gobernadores
[del Organismo Internacional de la Energía Atómica, OIEA] el día 25.
P. ¿Basta con dos días para que los inspectores verifiquen la suspensión?
R. Todos los técnicos nos han dicho que necesitan un día, dos como máximo. Tenga en cuenta que gran parte de la actividad ya estaba suspendida. Ahora nos hemos comprometido a ampliar el alcance de la suspensión.
P. ¿Qué van a hacer con el gas y las centrifugadoras que hayan fabricado hasta esa fecha?
R. Todo se pondrá bajo el control absoluto del OIEA.
P. Tanto los altos funcionarios como la prensa iraní subrayan que el acuerdo es temporal. ¿Significa eso que hay riesgo de otra crisis en unos meses?
R. Es cierto. Nuestro país está reduciendo su tolerancia porque ha perdido la confianza en los europeos. En octubre de 2003 aceptamos la suspensión en la Declaración de Teherán y tras cumplir nuestros compromisos, los europeos cambiaron el significado de lo acordado y no cumplieron los suyos. Durante el año transcurrido, hemos permitido inspecciones sin parangón en la historia del OIEA, lo que muestra nuestro nivel de cooperación, y abierto, por primera vez, nuestros recintos militares. Mohamed el Baradei [director general del OIEA] nos dijo que la suspensión consistía en no introducir material en las centrifugadoras. Luego, el Organismo Internacional de la Energía Atómica definió su contenido en términos más amplios y aceptamos. Desde octubre de 2003 hemos mantenido la suspensión según la definición del OIEA y en el marco de la Declaración de Teherán. La diferencia con los europeos se produjo porque ese documento establecía "la suspensión de todas las actividades de enriquecimiento" y en la resolución del OIEA se extendió a "todas las actividades de enriquecimiento y actividades relacionadas". Luego, en la siguiente resolución añadieron Isfahán y Arak, lo que violaba el alcance de la suspensión. Además, se habían comprometido a cerrar el dossier iraní en el OIEA, a iniciar la cooperación tecnológica -incluida la nuclear- y también en materia de seguridad regional. No cumplieron ninguno de esos tres compromisos. Por eso la opinión pública, el Parlamento y la prensa iraníes son muy críticos con el acuerdo alcanzado en París.
P. ¿Hasta qué punto esas críticas pueden impedir la puesta en práctica del acuerdo o la aprobación el Parlamento?
R. Por supuesto que si el Parlamento no lo aprueba, no podremos ponerlo en práctica; pero en este momento no necesitamos esa aprobación. El Parlamento tendrá que ratificar el Protocolo Adicional [al TNP que Irán se comprometió a aprobar en la Declaración de Teherán]. Mi opinión personal es que si los diputados, la opinión pública y los medios de comunicación ven que el proceso avanza, que Europa está comprometida y cumple sus compromisos, la atmósfera cambiará. Ahora, si el acuerdo alcanzado en París va por el mismo camino que la Declaración de Teherán, entonces sin duda iremos a un punto muerto en unos pocos meses.
P. A la vista de esa desconfianza, ¿por qué han aceptado el acuerdo?
R. Porque Europa nos ha ofrecido cooperación económica, política y tecnológica, incluida la tecnología nuclear siempre y cuando quede claro que nuestro programa tiene fines exclusivamente pacíficos. Llevamos 20 años esperando esta oferta, así que hemos abierto todos los sitios nucleares a la inspección. La transparencia no es difícil para Irán porque no tenemos nada que esconder. Estamos preparados para combatir las armas de destrucción masiva bilateral, regional e internacionalmente. Lo que no se puede es discriminar y permitir que unos países las tengan y a otros prohibírselas.
P. ¿Se refiere a algún país en concreto?
R. Israel no es miembro de ninguna convención contra las armas de destrucción masiva. De hecho las posee y recibe todo tipo de ayuda, incluida la financiera, para tener aún más. Pero se combate a Irán. Occidente también debe comportarse de forma transparente.
P. Si sus intenciones son pacíficas, ¿por qué escondieron durante 18 años parte de su programa?
R. Tanto el centro de investigación nuclear de Isfahán como el proyecto del reactor de agua pesada de Arak han estado desde el primer día bajo la completa supervisión y control del OIEA. Es una gran mentira que hayamos tratado de esconderlos. En el caso de
la central de Natanz, informamos nada más acabar la construcción. Cuando los terroristas del MKO salieron con la información, el OIEA dijo que había sido informado. En cuanto a las centrifugadoras, tuvimos que recurrir al mercado negro porque ningún país del mundo quiso vendernos las partes debido al embargo ilegítimo al que estamos sometidos. Hubiéramos preferido comprar esos componentes de forma transparente y no tener que pagar diez veces más por ellos.
P. Aún así, hay quien insiste en que lo único que buscan es ganar tiempo para completar el ciclo de combustible...
R. Propaganda contra Irán. Incluso si empezáramos a enriquecer uranio hoy, tardaríamos entre seis y siete años en tener combustible para una central eléctrica y nuestro plan es construir siete.
P. ¿Por qué con sus reservas de gas y petróleo necesita Irán la energía atómica cuando países sin esas fuentes de energía cierran sus reactores?
R. El petróleo y el gas no van a durar siempre, y las generaciones actuales no tienen el derecho de consumirlo todo. Fue Estados Unidos quien nos propuso en 1970 que diversificáramos. Calculó entonces que necesitaríamos 20 centrales hasta 1990. Y Europa estuvo de acuerdo: Alemania nos vendió el primer reactor en 1975.
P. Estados Unidos no ha estado en la mesa, pero es un actor clave. ¿Hasta qué punto su apoyo es necesario para que este acuerdo salga adelante?
R. Creemos que EE UU ha conocido el contenido completa y detalladamente antes de que los europeos firmaran en París, y ha estado de acuerdo aunque en público pretenda otra cosa. En la medida en que el nuclear es uno de los problemas entre Irán y EE UU, esperamos en que acojan positivamente la suspensión. Ni nos gustan las hostilidades, ni queremos promover tensiones.
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