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Alemania teme un contagio del conflicto islamista desde Holanda

Una dirigente democristiana exige que los imanes prediquen en alemán

En Alemania cunde el temor de que la chispa de los incidentes entre radicales cristianos e islamistas en la vecina Holanda salte la frontera y provoque conflictos en un país donde residen más de tres millones de musulmanes. Políticos de todos los colores expresan su preocupación por el hecho de que se extienden las llamadas sociedades paralelas con potencial para una lucha de culturas. El peligro ha llevado a una dirigente democristiana a exigir que los imanes prediquen en alemán. Además, los servicios secretos han estrechado la vigilancia sobre las mezquitas en las que se constata la actividad de imanes predicadores del odio.

El ministro del Interior de Baviera, el socialcristiano Günther Beckstein (CSU), sostiene: "Disturbios como los de Holanda son posibles aquí. Sobre todo en las grandes ciudades, donde han surgido auténticos guetos y culturas paralelos. Todo esto encierra un potencial conflictivo". El portavoz socialdemócrata de Interior en el Parlamento Federal (Bundestag), Dieter Wiefelspütz (SPD), declaró: "Holanda está en todas partes. Aquello podría ocurrir aquí. Nadie puede dormirse en los laureles". Una dirigente democristiana, la ministra de Educación del Estado federado de Baden-Wurtemberg, Annette Schavan (CDU), exige que en las mezquitas se predique en alemán: "No podemos permitir por más tiempo que en las mezquitas se predique en idiomas que no se entienden fuera de ellas". Sospecha Shavan que los sermones en árabe y otras lenguas contienen incitaciones al odio.

Un informe del programa Frontal 21 de la segunda cadena de la televisión pública alemana (ZDF) alimenta sin duda los temores de la ministra democristiana. Los reporteros investigan la vida en el barrio berlinés de Kreuzberg, al que algunos llaman Pequeña Estambul por el elevado número de turcos residentes allí. En Kreuzberg y otros barrios de Berlín viven muchos viejos de la primera generación de emigrantes turcos que no hablan una palabra de alemán. A buena parte de los jóvenes de la tercera generación emigrante no les va mucho mejor: un tercio de ellos no concluye la escuela primaria. Muchos frecuentan las escuelas coránicas, donde reciben una educación contraria a los valores vigentes en Alemania.

Prédicas agresivas

En el reportaje se emite una grabación realizada en una mezquita de Kreuzberg en la que el imán ataca a los alemanes: "Entre ellos hay algunos buenos, pero son y siguen siendo ateos. ¿De qué nos sirven? ¿Nos han servido de algo alguna vez? Dios tuvo compasión de ellos y les proporcionó felicidad en esta vida, pero en el más allá a los alemanes les espera el fuego del infierno por su falta de fe". Arremete también el predicador contra las casas de los alemanes en las que no hay retretes, más que unas tablas en la planta baja "con un recipiente para que toda la familia pueda hacer sus necesidades". Añade el imán: "Esos alemanes, esos ateos, no se afeitan bajo los brazos y extienden por todas partes un olor horrible y apestan. Usan perfumes y por eso han levantado toda una industria de la perfumería".

La propuesta de la ministra Schavan de imponer la predicación en alemán ha provocado rechazo. Entre otros motivos, porque atenta contra la Constitución. La presidenta de Los Verdes, Claudia Roth, criticó la sospecha generalizada que implica la declaración de Schavan, pero reconoce que "una parte de la propuesta es correcta". "Es un error traer predicadores de Turquía a Alemania que no tienen ni idea de nuestra sociedad", añade. Roth propone que se fomente la enseñanza y la formación de imanes en las universidades alemanas y que las clases de religión musulmana se impartan en alemán "para asegurarse de que se enseña sobre la base del respeto a la democracia".

Los servicios secretos alemanes constatan que la mayoría de los más de tres millones de musulmanes que residen en el país respetan el orden constitucional. Sólo una minoría, el 1%, pertenece a organizaciones islamistas: 30.950 afiliados, según datos de 2003. No obstante, constatan los servicios secretos que "el ámbito de influencia de esas organizaciones es mucho más amplio; a través de sus mezquitas y centros islámicos alcanzan a varios miles de musulmanes".

La Federación Islámica suspendió de sus funciones al imán que predicó en semejantes términos, pero resulta difícil controlar lo que ocurre en las más de 2.500 mezquitas que funcionan en Alemania. Muchos centros islámicos y mezquitas despiertan sospechas. El alcalde del distrito berlinés de Neukölln, Heinz Buschkowsky (SPD), no se explica que una asociación de su barrio que cuenta con 40 afiliados pretenda construir un centro cultural que cuesta entre 10 y 15 millones de euros y se pregunta: "¿De dónde sale el dinero?".

Un policía vigila la mezquita de Gelsenkirchen, al oeste de Alemania.
Un policía vigila la mezquita de Gelsenkirchen, al oeste de Alemania.AP

Los turcos son mayoría

De los 3,2 millones de musulmanes residentes en Alemania, 900.000 tienen nacionalidad alemana. Un 59,9% -1,9 millones- son turcos, de los que medio millón viaja con pasaporte alemán. Un 9,5% de los musulmanes procede de los territorios de la antigua Yugoslavia, 300.000, y de éstos, 180.000 tienen nacionalidad alemana. Otro 9,5% viene de los países árabes. El 21,1% restante tiene una procedencia muy diversa.

En Alemania viven un 8,9% de extranjeros, 7,3 millones de un censo de 82 millones. Entre la cifra de extranjeros residentes en Alemania figura casi un millón y medio de nacidos en el país que no tienen la nacionalidad alemana. Los servicios secretos alemanes estiman el potencial de seguidores de organizaciones islamistas procedentes del mundo árabe en 3.300. De éstos, unos 1.300 pertenecen a los Hermanos Musulmanes, y unos 800, a Hezbolá.

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