El precio de la vivienda no se frena y crece a un ritmo superior al 17%

Suma y sigue en el precio de la vivienda. Ni el menor crecimiento económico, ni la moderación salarial, ni los planes de choque del Gobierno consiguen que se modere el coste de los pisos, que creció un 17,18% en tasa interanual en el tercer trimestre del año, un nivel casi idéntico al del segundo trimestre, cuando aumentó un 17,42%, según el Ministerio de Vivienda. No obstante, la ministra, María Antonia Trujillo, considera que esa leve inflexión a la baja muestra que se camina hacia la "vía de estabilidad". El encarecimiento es mayor en las ciudades más pobladas y en los pisos usados.

Esta crónica podría haberse escrito hace tres meses, y hace seis y hace un año. Y es que decir que el precio de la vivienda crece a un ritmo interanual del 17% -décima arriba, décima abajo- no es nada nuevo. Es un fenómeno que viene repitiéndose desde hace cuatro años con una machaconería que desafía todas las teorías macroeconómicas y que, como el comportamiento errático de las bolsas, sólo puede ser explicado a posteriori.

Los datos del tercer trimestre certifican que el coste de la vivienda se encarece el 17% cada 12 meses, contradiciendo las previsiones tanto de los expertos del sector como del Gobierno, que hablaban de una progresiva moderación en base a que tanto los precios en general como los salarios sólo crecen a un ritmo del 3%.

Lejos de esa moderación, y pese al clima de mayor incertidumbre económica y a datos como la temporalidad en el empleo, los bancos y cajas conceden más créditos hipotecarios que nunca y las familias les deben 551.203 millones de euros a cuenta de esas hipotecas.

Las razones que se esgrimen para explicar este fenómeno siguen también siendo las mismas que se daban hace cuatro años: la mejora del nivel de renta de las familias, las bajas tasas de interés, la presión demográfica de la inmigración y la especulación por la baja rentabilidad de los mercados de capital

Sean cuales fueren las justificaciones, lo cierto es que los últimos datos oficiales del Ministerio de Vivienda, correspondientes al tercer trimestre de este año, no son muy halagüeños ni para el Gobierno ni para los que estén buscando un piso. El metro cuadrado construido de una vivienda costaba, a finales de septiembre pasado, una media de 1.671,71 euros frente a los 1.426,61 euros de un año antes, lo que supone un incremento interanual del 17,18%, tan sólo 0,24 puntos menos que en el trimestre anterior, cuando los precios crecieron un 17,42%.

A la vista de estos datos, hablar de desaceleración es arriesgado, puesto que en el primer trimestre el incremento interanual fue exactamente el 17,18%. La subida acumulada en los nueve primeros meses es del 12,88%, y todo apunta a que este año se cerrará con aumentos muy similares a los de los tres ejercicios anteriores. En 2003, el precio de la vivienda creció un 17,5%; el año anterior lo hizo en un 16,7%, y en 2001, un 15,6%.

No obstante, para la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, estos datos invitan al optimismo. No niega que el precio de la vivienda libre "aumenta, pero cada vez menos", y considera que la evolución en el tercer trimestre del año "es positiva".

La ministra, que firmó ayer un convenio con el Consejo de la Juventud para la creación de un foro de participación de los jóvenes en las políticas de vivienda, fundamentó su valoración en el citado descenso de 0,24 puntos con respecto al trimestre anterior. A juicio de Trujillo, "se puede predecir con estas cifras que se va camino de la estabilidad en el precio de las viviendas, algo que vamos a conseguir en este periodo". Declaración menos concluyente que la que hizo el lunes, cuando aseguró que "la senda alcista del precio de la vivienda no va a ser eterna".

Para los promotores, el problema sigue siendo el suelo. El secretario general de la patronal APCE, Manuel Martí, reiteró ayer que "no se ha hecho nada por romper la situación de oligopolio que tienen los propietarios de suelo y por introducir libre competencia en este mercado".

Por antigüedad

Los datos hechos públicos ayer -un mes después de que el ministerio diera marcha atrás a su decisión de no publicar estas estadísticas para no herir la sensibilidad social- refleja una subida generalizada y casi uniforme de todo tipo de viviendas. No obstante, las nuevas subieron algo menos que las de más de un año de antigüedad, un 16,72% y un 16,86%, respectivamente.

No ocurre lo mismo si se estudia la evolución de los precios en lo que va de año, ya que las viviendas nuevas se encarecieron el 12,73%, y las de más de un año, el 12,28%.

Por tipos de poblaciones, en las que se detectó un mayor encarecimiento del precio de las viviendas fue en las de medio millón de habitantes o más, donde el incremento medio fue del 23,54%.

En cambio, en esas poblaciones -las de medio millón de habitantes o más- fue mucho mayor la subida de las viviendas antiguas (el 22,58%) que la de las nuevas (el 18,76%). Por lo que se refiere estrictamente a las viviendas de segunda mano, los datos de Vivienda reflejan que las que más se encarecieron entre el tercer trimestre del 2003 y del 2004 fueron las de entre 11 y 20 años (el 18,53%), seguidas de las de entre 1 y 10 años (el 17,83%). En cambio, las viviendas de más de veinte años de antigüedad se encarecieron el 16,76%.