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Entrevista:MIKEL JÁUREGUI | Poeta visual

"Los editores no están preparados para la poesía visual"

Mikel Jáuregui acude cada día con traje y corbata a su trabajo en un banco, donde pasa la mayor parte del día en un despacho. Nadie diría que este hombre de aspecto serio y sonrisa pronta es un poeta, un poeta visual. Su ánimo salta al hablar de esta actividad, de la que no vive, pero que le da la vida. El día de la entrevista acababa de enterarse de que ha sido seleccionado por tercer año consecutivo en el concurso de poesía visual que organiza la Diputación de Badajoz y cuyo premio, asegura, "es la selección y la publicación de las obras".

Pregunta. ¿Un poeta visual es más pintor que literato o al revés?

Respuesta. Si un poeta visual viene de las letras o si proviene de la plástica es algo que se ve claramente en la obra.

P. ¿Y usted?

R. Toda mi vida me he dedicado a ganar dinero para vivir y he trabajado en la banca. Pero luego, he pintado y pinto. Como otros se dedican a coleccionar soldaditos de plomo o cromos del Athletic, pues toda mi vida he pintado y he escrito.

P. ¿Y cómo llega a la poesía visual?

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R. La descubrí hace cuatro o cinco años, nada más, de la mano de Francisco Aliseda, que es un fenómeno. Lleva 20 años publicando una revista que se llama Veneno desde distintos puntos de España y ahora desde Bilbao. Me enseñó este tipo de cosas y yo me quedé alucinado y entré en ese mundo. En 2000, me autoedité un libro muy sencillo con mi obra primeriza.

P. ¿No pensó en acudir a una editorial en lugar de recurrir a la autoedición?

R. Los editores no están preparados para la poesía visual. Esa gente se mueve en el mundo del mercado y el mundo de la poesía visual no tiene prácticamente mercado.

P. Usted fue uno de los promotores de una carpa que se colocó hace dos años en el Arenal bilbaíno con una muestra de poesía visual

R. Lo hicimos Aliseda y yo para dar a conocer la poesía visual. El Ayuntamiento de Bilbao nos dio la oportunidad. Acudió Pepa Llopis, la viuda de Joan Brossa, y también Fernando Millán, que es otro fenómeno. Fue un hito, pero ahí se quedó.

P. ¿Cuánto tiene de juego la poesía visual?

R. Muchísimo. Suelo decir que la gente que tiene creatividad o sensibilidad se frustra porque se pone a escribir un folio y no acaba de ver reflejado lo que quiere decir. Y acaban pensando que no valen para escribir o no valen para pintar. Y, sin embargo, la creatividad la tiene dentro. Lo que le falta es el código para expresarse. La poesía visual la puede hacer cualquiera, el proceso. Lo que no puede tener cualquiera es la idea.

P. ¿Dónde se traza la frontera entre los ilustradores y la poesía visual?

R. En lo que uno quiera denominarse. También en si el ilustrador y su obra atrapa o no el hecho poético. A veces no lo atrapas y lo que haces es ilustrar, con un dibujo alusivo al texto. Pero sí puede suceder que un ilustrador trascienda el hecho poético. Y lo mismo para todas las agencias creativas, de publicidad y de marketing. La mejor salida para un poeta visual es que le contrate una agencia de publicidad.

P. ¿Y la inspiración poética?

R. Nace de otro sitio, por supuesto. Un poema no se encarga, tampoco un poema visual.

P. ¿Qué salud tiene la poesía visual en el País Vasco?

R. En Euskadi ahora se está viendo un florecimiento de la poesía visual. Julia Otxoa, Fausto Grossi, Charo Sierra, José Blanco, Francisco Aliseda, López de Ael, Ángela Serna, etcétera, hay mucha gente. A Aliseda y a mí nos gustaría repetir los Encuentros de Poesía Visual en Euskadi, que hicimos hace dos años en una librería de Barakaldo, La Karaba, pero no tenemos presupuesto.

P. ¿El siglo XXI va a ser bueno para la poesía visual?

R. Por supuesto. El futuro está en la poesía visual. Vivimos una época en la que se relacionan todas las artes y, al final, ¿cuál es la base de todas las artes?. Atrapar el hecho poético, lo tengo muy claro. La poesía está en todo.

PERFIL

Mikel Jáuregui (Bilbao, 1948) estudió arquitectura técnica, pero desde joven trabaja en una entidad bancaria, empleo del que vive. Durante un tiempo, pintó para sí mismo y escribió, para publicar algo, pero hace cuatro años conoció la poesía visual de la mano de Francisco Aliseda y supo que ése era su sitio. Desde entonces, participa activamente en una pequeña comunidad que cuenta con apenas 150 miembros en España.

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