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Blair: "Europa y América deben trabajar juntos para expandir la democracia en el mundo"

Tony Blair lanzó ayer un dramático llamamiento a favor del entendimiento entre Estados Unidos y Europa. "La democracia es el punto de encuentro entre Europa y América", dijo el primer ministro británico en su tradicional discurso sobre política exterior en la ostentosa sala de banquetes de la Mansion House, en la City de Londres. Blair tuvo mucho cuidado en mantenerse a la misma distancia de las dos orillas transatlánticas al defender la doctrina americana de expandir la democracia allá donde no existe, pero dejar claro que eso no se puede hacer sólo por la fuerza.

Como no podía ser de otra manera, Blair centró su discurso en la relación transatlántica y se situó una vez más a sí mismo en el centro neurálgico de esa relación, como el nexo de unión entre ambas partes. Sus palabras se producen en un momento de gran simbolismo: recién llegado de dos días de trabajo en la Casa Blanca con el reelegido presidente George W. Bush, y en vísperas de recibir al presidente francés, Jacques Chirac, que celebrará el jueves y el viernes en Londres una breve visita de Estado que coincidirá con una cumbre anglo-francesa.

El primer ministro hizo todo lo posible por recuperar esa equidistancia que algunos aliados creen que perdió de manera dramática con su inquebrantable adhesión a la invasión de Irak. Y partiendo de esa equidistancia defendió la doctrina consolidada en estos tres años de alianza con Bush de expansión de la democracia como remedio a los males que aquejan el mundo. "Cada vez más tanto Europa como América se están dando cuenta de que no se puede conseguir una seguridad duradera frente a los fanáticos y los terroristas sólo con métodos militares convencionales y que se necesita un compromiso de democracia, libertad y justicia", aseguró.

"No estoy defendiendo, repito, no estoy defendiendo una serie de soluciones militares para conseguirlo", matizó, "sino que estoy diciendo que, de manera paciente pero clara, Europa y América deberían trabajar juntos para llevar al mundo la democracia, los derechos humanos y los derechos políticos que nosotros damos por seguros y que a otros se les niega", dijo.

Pidió explícitamente que americanos y europeos dejen de burlarse unos de otros: que los europeos dejen de ridiculizar a George W. Bush y que los estadounidenses dejen de caricaturizar a los europeos, y en especial a los franceses, como "monos comedores de queso". Y lanzó un canto a favor del papel que deberían jugar unas Naciones Unidas "reformadas" en la línea de "tener un mayor papel en la responsabilidad de los Estados para proteger, no para lastimar a sus propios ciudadanos", como motor de su conocida doctrina de un "multilateralismo efectivo".

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