_
_
_
_

Una pandilla apalea en Nou Barris a un chico y su padre

La familia del agredido afirma que el joven "tiene pánico a salir a la calle y a ir a clase"

Un estudiante de 16 años, que regresaba del instituto con un compañero de clase, fue apaleado de forma gratuita hace dos semanas por un grupo de jóvenes en una plaza cercana al paseo de Fabra i Puig. El padre, Antonio Giménez, al ver entrar en su tienda a su hijo "chorreando sangre", acudió a la plaza para encararse con los presuntos agresores de su hijo. Pero él también fue agredido y, tras sufrir durante varios días amenazas en su propio establecimiento, el pasado viernes un grupo -entre los que presuntamente se encontraban los agresores de su hijo- le destrozó la tienda de animales que regenta junto al Turó de la Peira. Giménez afirma que su hijo siente "pánico y se niega a salir a la calle o ir al instituto".

Antonio Giménez está desesperado y siente que tanto él como su familia se encuentran "amenazados" por la pandilla juvenil que supuestamente apaleó a su hijo. Giménez precisa que el joven es un buen estudiante y que ahora precisará de la ayuda de un psicólogo para poder salir de la situación de temor que vive.

Giménez, propietario de Fauna Viva, una tienda de animales del barrio barcelonés de Nou Barris, denuncia que el viernes una pandilla de jóvenes le fracturaron el brazo y le destrozaron su establecimiento "con palos y a patadas". Giménez tiene claro que la causa de los dos asaltos y destrozos que sufrió su tienda fue el enfrentamiento que mantuvo con los agresores de su hijo.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña confirmaron ayer que Giménez tramitó dos denuncias en la comisaría de la calle de Aiguablava por agresión, una con fecha del día 6 de noviembre y otra el pasado día 12. La primera, por la agresión sufrida por su hijo y por él mismo; la segunda, por los destrozos en su tienda.

Conocidos en el barrio

La secuencia de los hechos, de acuerdo con el relato del padre del agredido, se remonta a dos semanas atrás. El pasado día 2, su hijo y un compañero del instituto Carrasco i Formiguera regresaban de clase y se dirigían a sus respectivas casas cuando por el camino se toparon con un corrillo de jóvenes que van al instituto Bemen 3, situado también en el barrio. Giménez explica que "se trata de una pandilla que la conoce todo el barrio y que siempre ronda por la plaza del Trèvol, situada junto a Fabra i Puig".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Al cruzar la plaza, explica Giménez, su hijo y el compañero sufrieron, "sin ningún motivo, insultos y gritos por parte del grupo, pero siguieron caminando", hasta que en un momento dado, su hijo echó la vista atrás hacia el corrillo de increpantes. Fue entonces cuando algunos de la pandilla, a quienes Gimenez asegura conocer, se abalanzaron sobre los dos adolescentes y les propinaron una serie de golpes y patadas sin venir a cuento.

Los agredidos consiguieron huir y llegar a la tienda de Antonio Giménez, situada a 100 metros de la plaza. Cuando entraron en el establecimiento, Giménez dice que vio a su hijo y a su compañero "chorreando sangre, con el labio partido, los ojos hinchados y la nariz rota".

Una vez le explicaron lo sucedido, Giménez fue hasta la plaza y se encaró con los presuntos agresores para pedirles explicaciones. Pero entonces también le pegaron a él. Giménez y su hijo fueron a curarse al hospital de Vall d'Hebron y después acudió a la policía. En la comisaría, según la versión de Antonio Giménez, los agentes le dijeron que aquello "era un problema entre chicos", y al final no tramitó denuncia alguna. Pero el viernes día 6 se decidió a denunciar las agresiones, "porque", precisa: "A lo largo de la semana un grupo de jóvenes, y algunos no tan jóvenes, venían a la tienda y nos amenazaban".

Finalmente, la amenaza se cumplió: el pasado viernes, tres jóvenes, de los cuales dos eran los agresores de su hijo, asegura Giménez, entraron en la tienda, lo volvieron a agredir a él y rompieron algunos objetos del establecimiento. Pero ahí no acabó todo, mientras Giménez estaba en el hospital del Vall d'Hebron para que le curaran las nuevas heridas, por la tarde, "una pandilla más numerosa", regresó a la tienda, que en aquel momento estaba atendida por la madre del propietario, y destrozaron el establecimiento con palos y patadas. "Lo rompieron todo: los cristales, las estanterías y dieron patadas a los acuarios en plan salvaje", señala Giménez, que aquella misma tarde regresó de nuevo a la comisaría para denunciar los hechos.

Algunos comerciantes del barrio señalaron ayer que esta pandilla lleva algún tiempo con sus actitudes chulescas y provocadoras y que han tenido algún episodio con ellos, pero que hasta ahora se habían limitado hacer el gamberro o a caminar por encima de los coches aparcados.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_