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Aulas

La mejor andaluza en ortografía acude a la final del concurso hispanoamericano

Rosana Aragón quiere ser diplomática, aunque por el momento, esta estudiante malagueña de 17 años anda concentrada en terminar con buen expediente sus estudios de Bachillerato, cursa 2º curso en el Colegio Nuestra Señora de la Victoria de Málaga. Rosana quiere ver mundo, conocer otras culturas y aprender de otras gentes. Como por el momento sus obligaciones académicas no le dejan mucho tiempo para viajar ni le permiten costearse los viajes con los que sueña, Rosana ha encontrado una forma bastante barata y peculiar para darse ese gusto.

Esta joven malagueña ha conseguido que su afición por las letras se convierta en una especie de pasaporte para recorrer el mundo. Rosana se prepara para participar en Madrid en la fase nacional del Concurso Hispanoamericano de Ortografía que organiza la Real Academia Española en colaboración con el Ministerio de Educación, certamen en el que se ha alzado como ganadora en las fases provincial y regional, que se celebró en Sevilla. Con su título que la acredita como la estudiante andaluza que mejor maneja la ortografía, Rosana aspira a vencer en Madrid y poder plantarse unos cuantos días en Quito (Ecuador), donde se celebrará la final del concurso.

Rosana dista mucho de ser un ratón de biblioteca, ni siquiera es aficionada a ojear el diccionario, a no ser que resulte imprescindible. Su gusto por las letras es algo casi genético. "Mi abuelo no tuvo muchos estudios, pero era un hombre muy leído. Todo el mundo recuerda lo bien que hablaba y cómo empleaba el lenguaje", recuerda Rosana, quien también ha heredado esta afición de su madre, profesora de Literatura. "Mi madre me enseñó a leer de pequeña. Yo no fui a la guardería, aprendí en casa y llegué al colegio con más conocimientos", cuenta Rosana, que domina el inglés, el francés y ultima su aprendizaje del japonés en la Escuela Oficial de Idiomas de Málaga.

Esta inmersión familiar en el mundo de la literatura ha llevado a Rosana a hacer sus pinitos con la poesía o los relatos cortos, facetas poco comunes entre los chicos de su edad. "Esta afición por escribir me asalta cuando me encuentro mal, baja de ánimos. Luego me animo, lo enseño y a la gente le gusta", explica tímida Rosana, que también cuenta con varios premios por sus poesías y relatos cortos.

"Pienso que esto que hago no es nada extraordinario, y menos lo de la ortografía", indica. Como ejemplo pone una de las pruebas que tuvo que superar en la fase provincial del concurso: "Me preguntaron cómo se escribía vello dándome la definición. ¡Vamos¡, una prueba para un niño de 3º de Primaria".

Ese insistir en su normalidad queda algo tocado echando un vistazo a su carpeta. En ella, en vez de figurar fotos de los cantantes o actores de moda, hay representaciones de obras de los pintores prerrafaelitas. Para contrarrestar, Rosana asegura que no es una freak, que sus gustos no difieren mucho a los del resto de gente de su edad: la música, el cine y salir con los amigos.

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