De profesión: adivinar el futuro
Un vidente cubano atiende desde hace diez años a sus clientes en su 'consulta' de Moncloa
Llegó hace 10 años a España procedente de Jovellanos (Cuba) con una maleta sin ropa y llena de hierbas para curar y caracolas y barajas de cartas para adivinar el futuro. Desde entonces, el cubano José Sada se gana la vida con su consulta de videncia afrocubana, en la que atiende tanto a público español como a latinoamericano. Ahora trabaja en la zona de Moncloa, pero antes ha pasado por Fuenlabrada, La Latina o la calle de Segovia. "Tengo sobre todo clientes femeninos y los temas por los que más preguntan son los de trabajo", cuenta este hombre, casado con una española. Mientras habla, le llama un cliente de Albacete al que le lee el futuro por teléfono. Por la tarde tiene a una clienta ecuatoriana a la que atenderá en persona. Pero la mayoría, según cuenta, son gente que conoció en Cuba y que le han ido siguiendo. Fue precisamente una pareja española la que le ayudó a salir de su país y a instalarse en España.
Él se define como "vidente afrocubano y espiritista". En su consulta hay desde vírgenes y muñecas negras hasta estampas de San Francisco de Asís o de Jesucristo. Y muchos vasos llenos de agua que representan a los espíritus. Fue su abuela la que le inició en la videncia. "Con 17 años me dedicaba, cuando salía de trabajar, a la curación con yerbas y a leer caracolas", cuenta. Parte del dinero que gana con la videncia lo envía a Cuba, a su madre y a una hija de 15 años. Aunque en España tiene otros dos hijos y una vida asentada, José no descarta regresar un día con toda su familia española. "Aquí me siento bien tratado, no he tenido nunca ningún problema de discriminación, quizás porque trabajo por mi cuenta", explica.
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