Lavado de cara en Chinchón

Los balcones de la Plaza Mayor de Chinchón casi no lo aguantan más. Más de 500 años de sol ardiente y lluvias fuertes han debilitado tanto la madera que ahora existe el grave riesgo de que un día los balcones se derrumben bajo el peso de una multitud de turistas, que suelen llenar este lugar histórico durante los fines de semana.

Para evitar que Madrid pierda una de sus atracciones más importantes, la Comunidad de Madrid invertirá el año que viene dos millones de euros. "Vamos a intentar salvar para siempre la Plaza Mayor de Chinchón", dijo ayer Santiago Fisas, consejero de Cultura, en el Ayuntamiento de este pueblo, donde se presentaron los planes para la restauración.

La acción de salvamento no sólo afecta los 234 balcones, que son utilizados habitualmente por restaurantes como terrazas. También incluye la limpieza de pinturas y barnices y las carpinterías de las fachadas de las casas. La última restauración tuvo lugar hace 12 años y costó 108 millones de pesetas (unos 650.000 euros).

Sin embargo, esa operación fue "muy superficial", según un propietario de un restaurante de la plaza. "Esta vez debe ser definitivo", dijo Fisas. "No podemos hacerlo cada 10 años. La plaza Mayor necesita un mantenimiento correcto y efectivo. Para que no necesitemos otra inversión en 10 años". Las obras de restauración, serán sacadas a concurso y su comienzo está previsto para principios de 2006.

Fue el arquitecto municipal, Gerardo Pérez Calleja, quien declaró en enero pasado que la balconada de la plaza Mayor se había deteriorado mucho y que no se podía garantizar más la "estabilidad ante una afluencia masiva de visitantes". Una noticia alarmante, ya que todos los fines de semana, y especialmente durante la Semana Santa, Chinchón es invadido por turistas. El número de visitantes alcanza 250.000 por año. Por eso el Ayuntamiento y la Comunidad decidieron con unanimidad llevar a cabo la rehabilitación de la plaza propuesta en el plan de actuaciones que fue presentado ayer. Dicho plan también prevé limitar la ocupación de la plaza por terrazas, jardineras y publicidad, así como prohibir el aparcamiento de vehículos y la colocación de nueva iluminación en las balconadas.

Isidoro Olivera, propietario de uno de los edificios en la plaza, está "totalmente de acuerdo" con los planes presentados. "Prácticamente todos los propietarios apoyan los planes, aunque de momento es muy confuso lo que nos piden: un apoyo, un porcentaje de los gastos... Todavía no existe una cantidad concreta", añade Olivera.

Petri Esteban, representante de la organización Pasión de Chinchón, también está satisfecha de que la plaza Mayor sea restaurada. "Sólo espero que lo hagan con más eficiencia que la restauración de la iglesia, que va bastante lenta".