El número de extranjeros que solicitan la nacionalidad española se triplica desde 1999

Los extranjeros que solicitan la nacionalidad española aumentan año a año. Desde 1999 se ha triplicado el número de peticiones (de 16.838 a 50.288 hasta octubre de este año). Los marroquíes de origen que obtienen el pasaporte español son mayoría desde 2000, y el año pasado doblaron a los peruanos y dominicanos, siguientes en la lista de nacionalizados. La causa principal de denegación de la solicitud es el desconocimiento de la lengua española, como ocurre con marroquíes y chinos. Los magrebíes deben renunciar a su nacionalidad previa para ser españoles, aunque este acto no tiene efectos en su país.

El auge del fenómeno de la inmigración en España está provocando un aumento exponencial del número de extranjeros que se nacionalizan españoles. El pasado 1 de noviembre ya se había superado el número total de nacionalizados en todo 2003, progresión que se repite cada año desde 1999. Las solicitudes muestran un aumento mayor, que no se corresponde con igual incremento de las concesiones dado que se trata de procesos que se alargan durante más de un año (entre 18 y 24 meses). Si en 1999 fueron 16.838 los extranjeros que pidieron ser españoles, en los diez primeros meses de 2004 fueron 50.288. La media de extranjeros nacionalizados en la década de los noventa fue de 8.600 al año; desde enero, ese dato se ha triplicado.

Por nacionalidades, el incremento más importante se ha producido entre los marroquíes, que se han naturalizado españoles en una proporción mucho mayor que los nacionales de otros países. En 2003, obtuvieron el pasaporte español más del triple de magrebíes que accedieron a él hace cinco años. En este periodo, los peruanos, dominicanos y marroquíes se reparten los tres primeros puestos entre los extranjeros que solicitan la nacionalidad española en mayor número.

Existen convenios de doble nacionalidad firmados entre España y Perú, y con la República Dominicana que eximen de la obligación de renunciar a la nacionalidad de origen. No existen tales acuerdos con Marruecos aunque las leyes marroquíes no contemplan la posibilidad de que sus nacionales renuncien a su nacionalidad de origen, o al menos, no tienen en cuenta esa renuncia.

El último censo registra a 378.979 marroquíes, que constituyen el segundo grupo de extranjeros empadronados más numeroso tras los ecuatorianos. Fuentes del Ministerio de Justicia destacan que se está produciendo un aumento "importante" del número de cubanos que solicitan naturalizarse españoles "en los últimos tiempos".

La mayoría de los extranjeros que solicitan la nacionalización, lo hacen por residencia, aunque también se puede obtener por otras causas, como la carta de naturaleza, por la que el Gobierno otorga la ciudadanía en casos excepcionales (así se está haciendo con las víctimas y familiares de la matanza del 11-M).

Entre las causas de denegación de la solicitud de nacionalidad, Justicia destaca tres factores que mostrarían la falta del arraigo preceptivo para acceder a la condición de español. En primer lugar, no dominar el idioma español supone la primera razón para denegar el pasaporte español. Una sentencia reciente del Tribunal Supremo ratificó la decisión administrativa de no otorgar la nacionalidad a una mujer marroquí residente en Melilla desde 1989 pero que no habla español. Un gran número de ciudadanos chinos ven rechazada su pretensión por este motivo.

La segunda causa que provoca un dictamen negativo tras el estudio de este tipo de solicitudes es el certificado de antecedentes penales. En tercer lugar se encuentra el no haber pasado los años de residencia -cumpliendo los requisitos legales preceptivos- en el país. La norma general exige diez años de residencia legal, continuada e inmediatamente anterior a la solicitud de la nacionalidad, aunque esta previsión se reduce para los refugiados (cinco años) y en el caso de los nacionales de los países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal y los "países sefardíes", sólo dos años. A los originarios de estos países no se les exige que renuncien a su nacionalidad previa.