¿Por qué no distribuir los libros de texto a través de Internet?
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, anunció durante la inauguración del curso escolar 2004-2005 en el colegio Jabalcón de la localidad granadina de Baza, que la gratuidad de los libros se implantará en esta legislatura a través de un sistema de préstamo temporal a las familias, de forma que Junta y Estado pagarán los libros que pasarán a pertenecer a los centros educativos, quienes a su vez los prestarán por un año a los alumnos.
Para ello, la Consejería de Educación y el Ministerio llegarán a un acuerdo para unir las ayudas de ambas administraciones en la compra de libros, que tendrán una vida media en los colegios de entre tres y cuatro años, periodo tras el cual quedarán en desuso. Con esta medida, dijo, "puesta en marcha con éxito en otras zonas de la Unión Europea", se alcanzará "la gratuidad total y absoluta de los libros de texto en esta legislatura", al tiempo que "se obliga a los niños y a sus padres a respetar y conservar los libros para los alumnos de cursos venideros", ya que tendrán la obligación de devolverlos al centro al finalizar el año.
Hasta aquí, hemos transcrito el comunicado de la Oficina del Portavoz del Gobierno sobre tan importante anuncio. Pero, desde la Asociación para el Desarrollo de la Innovación en Andalucía (ADIA) queremos hacerle llegar al presidente de la Junta otra propuesta que consideramos más económica, más factible, más eficaz, más innovadora y más respetuosa con las espaldas de nuestro alumnado de primaria y secundaria.
Se trata de colgar los libros de texto de Internet y desde la red descargarlos al ordenador o irlos imprimiendo conforme avanza su estudio a lo largo del curso. La idea la planteó en la primera semana de julio último el ministro italiano de Economía y Hacienda como respuesta a la solicitud de gratuidad de los libros de texto por parte de los padres de alumnos de la enseñanza pública.
La propuesta del administrador de los dineros públicos de Italia no tardó en desatar la polémica. Editores y libreros, a la cabeza de los opositores, lanzaron su artillería para defender las bondades del papel frente al libro electrónico y, sobre todo, sus lógicos intereses económicos.
La iniciativa italiana que ADIA hace suya en Andalucía resulta más económica para la Administración Pública, que pagamos todos con nuestros impuestos, porque sólo tendría que pagar a las empresas editoras la autoría de los textos y el coste del diseño web de los libros. Se ahorraría más del 50% por ciento del precio de cada libro que, como se sabe, se va en el papel, la impresión y la logística (transporte, almacenamiento y distribución). También se ahorraría la Administración el coste añadido que supondría la logística del préstamo a los alumnos y el control de su mantenimiento. Los centros públicos arrastran serios problemas de financiación de sus gastos corrientes como para añadirle otro nuevo, que requeriría personal adicional.
Por todo lo expuesto en la justificación de la bondad económica de la medida, consideramos que es más factible y viable para adelantar su entrada en vigor. También resulta más eficaz porque termina con el problema de la actualización de los libros de texto en papel, cuya obsolescencia aumenta al mismo ritmo que el progreso científico y tecnológico de una sociedad en continuo cambio.
La sugerencia que planteamos es radicalmente innovadora porque implica un enorme potencial de desarrollo para las plataformas de e-learning que las editoriales y las universidades intentan implantar, porque contribuye a la sostenibilidad medioambiental y a la reducción de las emisiones de CO2 a las que estamos obligados por el Protocolo de Kioto y porque ayuda a reducir la brecha digital en el seno de la sociedad andaluza.
En el citado acto de apertura de curso, Chaves destacó "la apuesta clara del Gobierno andaluz por las nuevas tecnologías como herramientas pedagógica", un apartado que el presidente definió como una "necesidad estratégica" de la actual formación escolar. "Esto nos hará más competitivos con respecto a otros países y regiones". Totalmente de acuerdo, presidente, qué mejor impulso para que los ordenadores dejen de usarse por nuestros hijos como sofisticadas estaciones de juego y las familias utilicen la red en el día a día que empezar a suministrar contenidos de uso cotidiano: los libros de texto.
Por si todo esto fuera poco, las espaldas de nuestros hijos lo agradecerán hoy, mañana y en el más lejano futuro, porque ya no tendrán que transportar los libros enteros, sólo los capítulos que tocan.
Ángel Fernández Millán es vicecepresidente de la Asociación para el Desarrollo de la Innovación en Andalucía (ADIA).
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