4.000 miradas del centro de la ciudad

Un espléndido sol de otoño, aunque quizá más pálido que en otras épocas del año, fue perfecto para iluminar las instantáneas de las 4.020 personas que participaron ayer en el V Maratón Fotográfico de Madrid. Todos ellos buscaban la foto ganadora del primer premio en la categoría de fotografía analógica, digital, ambas dotadas con 6.000 euros, y, por primera vez, en la categoría de cámara instalada en un teléfono móvil, premiada con 2.000 euros.

El certamen comenzó a las 10.00 en la plaza Mayor, donde se realizaba la inscripción a cambio de cinco euros. Poco después, la Gran Vía se inundó de gorros que la organización había regalado a los concursantes. Algunos de ellos, en su afán por conseguir la imagen buscada, no dudaban en subirse a un banco, tirarse por el suelo o acercarse más de la cuenta a los coches que circulaban, con los consecuentes toques de atención de los agentes de la Policía Municipal.

La Gran Vía era la primera cita obligada de los participantes, según el itinerario que había marcado la organización, a cargo de las tiendas independientes de fotografía de Madrid reunidas en Foto Quincena Madrid. Los fotógrafos, profesionales o aficionados, solos o en grupo, debían dirigirse después a la catedral de la Almudena, segundo tema obligatorio a retratar. Allí, con una cámara Zeis Ikon, comprada por su marido en París hace 35 años, Ana Santos trataba de captar los símbolos de Madrid en una imagen que captaba un madroño, en primer plano, con la cúpula de la catedral al fondo.

Junta ella, el despliegue de material de otros fotógrafos podía llegar a ascender a los 1.000 euros, entre cámara, objetivos, flash, trípode, etcétera. Esto es lo que llevaba a cuestas Juan García. Él tampoco es un profesional de la fotografía, pero sí un gran amante. El año pasado, una de sus instantáneas quedó en quinto lugar, lo que le valió un premio de dos cámaras. El certamen concede varios accésit en cada categoría.

La ruta terminaba en el lugar de partida, la plaza Mayor, donde debían tomar la última imagen obligatoria, sobre una exposición de coches clásicos de colección -mercedes, porche o jaguar, entre otros- cedidos para la ocasión por sus propietarios. Alrededor de los vehículos, se fueron juntando todos los fotógrafos. Y allí se hizo patente la enorme diversidad de concursantes: gente de todas las edades con las máquinas más variadas. Roja era la pequeña cámara de Raúl que, con apenas ocho años, el de ayer era el tercer maratón en el que intervenía. Tras esta última estación, los participantes entregaban sus carretes, la tarjeta de memoria, en el caso de las cámaras digitales, o el número del teléfono móvil con el que se había realizados las instantáneas, que debían enviar por medio de un mensaje.

A partir de hoy, los alumnos de cinco escuelas de fotografía elegirán la mejor imagen de cada uno de los participantes, que serán expuestas entre el 18 y el 24 de noviembre en el pabellón de Cristal de la Casa de Campo, con ocasión de la feria Foto Ventas Digital. Todo el público asistente a la feria, que el año pasado fueron unas 50.000 personas, podrán votar para elegir la foto ganadora de esta edición del maratón. Más tarde, un jurado compuesto por los miembros de Foto Quincena Madrid seleccionará las 15 mejores imágenes. De éstas, las que hayan recibido más votos serán las ganadoras.