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Saura rechaza la mediación del Gobierno en el conflicto del catalán

El Gobierno sólo tiene un cometido en la polémica sobre las traducciones al catalán de la Constitución europea: aceptar la unidad de la lengua y reconocer que el catalán y el valenciano son un mismo idioma. Ningún objetivo más. Tampoco el de hacer de mediador. Así de explícito se pronunció ayer el consejero de Relaciones Institucionales de la Generalitat y líder de Iniciativa per Catalunya, Joan Saura, durante un acto con las juventudes de Izquierda Verde en Barcelona.

El dirigente ecosocialista lamentó que presentar en la Unión Europea un mismo texto del tratado con diferentes epígrafes (Cataluña y Comunidad Valenciana) puede haber significado un paso atrás en las aspiraciones del reconocimiento oficial del catalán en Europa. "Ir con dos traducciones, decir que son dos lenguas, y las posiciones ambiguas del Gobierno central han dificultado lo que era bastante más fácil", señaló.

Mucho más contundentes en sus críticas contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se expresaron en Unió Democràtica (UDC), los socios democristianos de la federación de CiU. En un manifiesto aprobado ayer por su Consejo Nacional (máximo órgano de decisión entre congresos), UDC "condena enérgicamente" el "descomunal error" del Gobierno por "solemnizar ante Europa y el mundo la división de la lengua catalana" al entregar en Bruselas "una doble traducción de una sola lengua" de la Constitución europea.

"Inmediata rectificación"

En el documento, Unió exige una "inmediata ratificación" y la aprobación de una normativa que ponga fin a las "restricciones que aún sufren las lenguas habladas en el Estado español diferentes a la castellana". Los democristianos también lamentan que el presidente de la Generalitat "no haya estado a la altura" de las circunstancias al darse finalmente "por satisfecho" con unas "expresiones verbales" de José Luis Rodríguez Zapatero. El secretario general de la formación democristiana calificó de "indigno" el comportamiento de Maragall en este cuestión, de quien irónicamente aseguró que "recibe demasiadas llamadas desde Madrid".

Por su parte, el vicepresidente del Consell de Valencia, Víctor Campos, advirtió ayer a Maragall de que "no interfiera en la historia e identidad del pueblo valenciano" porque, según dijo, "ni la Generalitat ni los valencianos se lo vamos a consentir".

"Los delirios de grandeza de quien se cree presidente de una inexistente y artificial euro-rregión ni le legitiman ni le excusan. El presidente Francisco Camps se lo ha dicho bien claro y bien alto: con las señas de identidad de la Comunidad Valenciana ni se juega ni se negocia", proclamó. Campos aseguró que a Maragall le ha "molestado encontrarse con la firme y sólida defensa de los intereses valencianos que está realizando la Generalitat".

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