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Carod y Esteve afirman que la financiación es prioritaria sobre el derecho de autodeterminación

"Lo importante son las competencias blindadas y el déficit fiscal", opinan los ex consejeros

¿Qué es prioritario, un buen sistema de financiación o que el nuevo Estatut recoja el derecho de Cataluña a la autodeterminación? Josep Lluís Carod Rovira y Pere Esteve lo tienen claro: lo primero. Ambos dirigentes políticos apelaron ayer a huir de debates infructuosos porque lo fundamental es el autogobierno y los recursos para ejercerlo. "Prefiero que no conste que soy una nación, pero que mi dinero lo administre yo", señaló el presidente de Esquerra Republicana. "Lo importante son las competencias exclusivas blindadas y la resolución del déficit fiscal", abundó Pere Esteve.

En sendas entrevistas radio-fónicas, Carod y Esteve se pronunciaron en similares términos acerca del debate sobre si el Estatut debe incluir o no el reconocimiento a la autodeterminación de Cataluña y ambos conminaron a cortarlo.

En declaraciones a Ona Catalana, el líder independentista reconoció que prefiere resolver el problema de la financiación de Cataluña porque la autodeterminación debe estar "en la conciencia de los ciudadanos, ya que si cada catalán tiene en la cabeza que sólo el pueblo de Cataluña puede decidir en libertad sobre su futuro, el Estatut que diga lo que quiera". "Si además de esto tenemos el dinero, que se aguanten, porque aquí no hay quien nos pare", agregó.

No obstante, Carod dejó claro que "hoy la principal cuestión por resolver que tiene Cataluña es la financiación. Sin esto no haremos nada". "Prefiero que no conste que somos una nación, pero que mi dinero lo administre yo", señaló.

Por su parte, el ex consejero de Comercio y presidente de la fundación Catalunya 2003, coligada electoralmente con Esquerra, coincidió con las opiniones de Carod al afirmar que "ponerse a discutir la autodeterminación es desviar la atención de las cosas" y añadió que hay que conseguir la "capacidad de decidir como Quebec, no como Timor".

En declaraciones a Catalunya Ràdio, Pere Esteve admitió que aceptaría "renuncias" en el nuevo Estatut "si las dos premisas, autogobierno y financiación, se resolviesen como Dios manda". En este sentido señaló que mientras que los temas identitarios sólo "interesan a un número determinado de gente, las competencias y el déficit fiscal afectan a todos". "Con poder político no reversible y nuestro dinero en nuestras manos, tendremos país", proclamó.

Los dirigentes de Convergència i Unió, en cambio, albergan dudas sobre estas prioridades. Su portavoz parlamentario, Felip Puig, se mostró partidario de estimular el debate sobre el derecho a la autodeterminación y su inclusión en el nuevo Estatut mientras no se reconozca el carácter "plurinacional y confederal" de España". No osbtante, puntualizó: "No tenemos que caer en la provocación permanente, porque la autodeterminación es un derecho inherente figure o no en el Estatut, y tampoco queremos que se utilice como una cortina de humo para esconder el fracaso de los presupuestos de 2005 o el déficit de la sanidad".

El consejero de Relaciones Institucionales y líder de Iniciativa, Joan Saura, se reafirmó ayer en incluir en el Estatut el concepto de lo que representa el derecho a la autodeterminación aunque "sin que aparezca la palabra" de forma explícita. "Hemos de ser suficientemente sabios y cuidadosos para que en el preámbulo figure lo que quiere decir autodeterminación sin que aparezca la palabra. Hay 50.000 formas de hacerlo", añadió.

Por su parte, el popular Daniel Sirera apoyó las declaraciones del ministro Jordi Sevilla según las cuales la autodeterminación no puede reconocerse en el Estatut porque iría en contra de la Constitución. De la misma manera, apoyó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a la hora de rechazar que las selecciones deportivas autonómicas participen en competiciones internacionales como afirmó la víspera en el Congreso.

En este sentido, ayer diferentes partidos catalanes propusieron fórmulas para solucionar el conflicto sobre las selecciones de hockey. El socialista Miquel Iceta planteó que la selección peor situada -la catalana o la española- se retire de la competición, mientras que el conseller en cap, Josep Bargalló, apostó por que España no juegue el mundial. CiU, Esquerra e ICV discreparon de Zapatero y señalaron que el proceso de reconocimiento internacional de las federaciones catalanas es "imparable".

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