La policía holandesa detiene a ocho islamistas, entre ellos un español, tras el asesinato de Van Gogh
La policía holandesa detuvo ayer a ocho presuntos extremistas musulmanes, entre ellos un español de origen marroquí, en el curso de las investigaciones sobre la muerte del cineasta Theo van Gogh. El sospechoso del asesinato, un joven de 26 años con nacionalidad marroquí y holandesa identificado como Mohamed B., era conocido por los servicios secretos porque se movía en círculos radicales islamistas. Al menos 150 miembros de dichos grupos son vigilados por las autoridades. Detenido poco después del crimen, el agresor de Van Gogh guardaba en su domicilio libros y documentos calificados de fundamentalistas por los agentes. Era, además, amigo de Samir Azzouz, detenido en Rotterdam y en espera de juicio por haber planeado supuestamente un ataque terrorista en los Países Bajos. Entre las dianas señaladas por Azzouz aparecía un reactor nuclear y el aeropuerto de Schiphol.
Theo van Gogh fue apuñalado y tiroteado el martes en la calle y el asaltante dejó clavada una nota en su pecho. Aunque no se conoce aún su contenido, no se descarta que contuviera versos del Corán. Polemista nato y opuesto a la cultura musulmana, el fallecido había dirigido un corto, Submission, crítico con la situación de la mujer en el islam. La guionista del mismo, Ayaan Hirsi Alí, refugiada somalí y diputada liberal en el Parlamento holandés, recibió ayer una amenaza de muerte en su correo electrónico: "Van Gogh está fuera de combate. La próxima serás tú". Tras la emisión del corto, tanto ella como Van Gogh fueron amenazados por criticar al islam. Según la policía, un 5% del millón de musulmanes residentes en Holanda, con 16 millones de habitantes, puede considerarse radical.
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