Silencio tras la acerada crítica a la 'doctrina Bush'
China guardó ayer silencio, al igual que había hecho durante la larga campaña electoral estadounidense hasta la víspera de las elecciones, en que publicó un acerado artículo contra George Bush. El periódico oficial en lengua inglesa, China Daily, fue el encargado de hacer público un largo comentario del ex viceprimer ministro y ex ministro de Asuntos Exteriores Qian Qichen, quien continúa siendo muy influyente. Qian arremetió contra la doctrina Bush, tildó al dirigente norteamericano de "arrogante" y le acusó de "querer gobernar el mundo" y de haber arruinado la "coalición global contra el terrorismo".
El Gobierno supuestamente intentó después quitar hierro al artículo pero, pese a ello, ha insistido en que para luchar contra el terror es necesaria una aproximación multilateral. En el mismo sentido ha incidido un posterior editorial del Diario del Pueblo, el órgano de difusión del partido comunista, que tilda de inadecuada e irracional la política exterior estadounidense. "Si EE UU quiere recuperar el respeto del mundo, debe hacer un profundo autoexamen y abandonar la desde hace mucho tiempo obsoleta diplomacia de la fuerza y la hegemonía", sostiene.
Conflicto con Taiwan
Los chinos tienen una opinión bastante crítica de Bush, de la invasión de Irak y del papel que juega Estados Unidos en el conflicto con Taiwan, la provincia rebelde, -un fiel reflejo de lo que airean los medios de comunicación oficiales-, a pesar de que sus dirigentes repiten con frecuencia que los lazos con Washington son buenos y cada vez mejores. La Administración Bush considera al Gobierno de Hu Jintao un aliado clave en la lucha contra el terror y ha dicho a menudo que las relaciones entre los dos países nunca han atravesado tan buen momento como ahora.
Algunos analistas aseguran que China prefiere la estabilidad que supone una segunda etapa Bush, mientras que otros creen que le hubiera gustado más John F. Kerry, dado el uniteralismo del reelegido presidente.
Mientras tanto, en Japón, el primer ministro, Junichiro Koizumi, uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región Asia-Pacífico, aseguró antes de conocerse el desenlace: "Independientemente de qué candidato se alce con la victoria, el reconocimiento de la importancia de la amistad entre Japón y Estados Unidos y de la alianza entre ambos países no cambiará". Durante la campaña, Koizumi, quien ha respaldado la guerra de Irak, declaró abiertamente su preferencia por Bush.
En parecidos términos, el jefe de la diplomacia australiana, el conservador Alexander Downer, se felicitó por el triunfo de Bush. "Hemos tenido una buena relación durante los pasados cuatro añós y estoy seguro de que sabremos continuar por esa vía en los próximos cuatro".
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