Sanidad no ve factible reducir la espera actual para ser operado
La demora media en las intervenciones no urgentes en Osakidetza es de 50 días
El consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, reconoció ayer que, con los recursos que tiene Osakidetza, no ve factible reducir el tiempo medio que tienen que esperar los pacientes para operarse en la actualidad. Los últimos datos que maneja el Ejecutivo autónomo indican que los ciudadanos deben aguardar una media de 49 días para ser intervenidos en los centros hospitalarios de la red pública, una de las demoras más bajas de España. Inclán se aferró a esta circunstancia para catalogar como "razonables" los niveles de la lista de espera en Euskadi.
El consejero aseguró que no va a pedir más recursos al Gobierno para reducir la demora porque, a su juicio, existen otras prioridades en el campo sanitario, como el desbocado gasto farmacéutico. "Evidentemente, me gustaría que la lista de espera, en lugar de ser de 49 días, fuera de 30 o de 15 o que no hubiera que esperar. Pero para eso hacen falta muchos medios, y en estos momentos hay otras necesidades más acuciantes". Inclán realizó estas reflexiones durante su comparecencia ante la Comisión de Sanidad del Parlamento, a la que acudió a instancias del Partido Socialista para explicar las medidas que va adoptando el departamento para controlar las listas de espera.
Los recursos adicionales que lleguen al departamento procedentes del Gobierno serán destinados a otros cometidos, ya que la demora actual es "asumible", según el consejero, quien comparó los datos de la comunidad autónoma con los del resto del Sistema Nacional de Salud para sacar esta conclusión.
13.390 inscritos
Frente a los 77 días que acumulaba la sanidad nacional a 31 de diciembre del año pasado, en Euskadi la espera ascendía a 54 días, cifra que se ha visto rebajada hasta los 49 en el primer semestre de este año. Pero, en una comparación más detallada, se puede comprobar que comunidades como Navarra o Cataluña presentan unos índices muy parecidos al País Vasco, advirtió la parlamentaria socialista Blanca Roncal, quien demandó al consejero más recursos.
El objetivo del departamento es mantener la espera media por debajo de los 60 días para las operaciones donde no hay riesgo para la vida y que ningún paciente tenga que aguardar más de seis meses, en el peor de los casos, para ser intervenido en los hospitales de Osakidetza. En estos momentos, el Servicio Vasco de Salud tiene 13.390 personas inscritas a la espera de una operación programada. El tiempo para que un ciudadano pase por el quirófano se ha reducido en más de tres meses desde 1992, a pesar de que la demanda se mantiene imparable como consecuencia de la aparición de nuevas enfermedades y, especialmente, por el envejecimiento de la población. Frente a las 71.790 operaciones que se realizaron en 1992, el año pasado se llegó hasta las 141.148 y cada año la cifra aumenta a un ritmo del 5%. Los pacientes que sufren una hernia, cataratas, varices o problemas de cadera -las patologías más frecuentes en las personas apuntadas en la lista de espera quirúrgica- aguardan dos meses de media hasta que pasan por el quirófano.
La mejora experimentada en la lista de espera desde 1992 se debe a varios factores, indicó el consejero. Ese año fue el primero en el que entró en funcionamiento el programa de autoconcertación, consistente en el abono de complementos al personal de cirugía (médicos y enfermeras) que acepta operar por las tardes, es decir, fuera de su jornada laboral. La depuración y mantenimiento al día de las listas, las medidas de mejora en el rendimiento de los quirófanos, la implantación de alternativas a la hospitalización y la potenciación de las operaciones matutinas son los otros factores que han contribuido a la reducción de los tiempos de espera.
Pero este proceso de recorte ha ido paralelo al aumento de la demanda. La introducción de nuevas tecnologías y la aparición de enfermedades que requieren intervención quirúrgica son circunstancias que explican el crecimiento. Pero lo que más influye es el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población, que conlleva una mayor necesidad de servicios sanitarios.
Una vez consolidada la espera media para operarse por debajo de los 60 días, los esfuerzos del departamento se centran ahora en reducir el tiempo que los usuarios de Osakidetza afrontan para conseguir una consulta con un especialista o para someterse a una prueba diagnóstica. Las resonancias y los escáneres se han convertido en herramientas imprescindibles para realizar un diagnóstico en atención primaria y hospitalaria. La demanda de este tipo de pruebas por parte de los especialistas ha hecho que engorden especialmente las listas de espera de especialidades como traumatología, ginecología, oftalmología y dermatología.
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