Bush hizo campaña hasta el final
El presidente rompió la tradición de no hacer campaña el día de las elecciones y se detuvo en Ohio en su camino de vuelta a la Casa Blanca, tras haber votado por la mañana en Tejas
"La elección está en manos de la gente. Me da mucha tranquilidad saberlo". George W. Bush se encomendaba ayer de esta forma a la decisión popular al votar en su colegio electoral de Crawford, en Tejas. "La gente sabe que yo sé cómo dirigir. La gente sabe que tengo una visión sobre el futuro de este país", añadió el presidente, que después de votar junto a su mujer, Laura, y a las mellizas, salió en dirección hacia Washington con una importante parada: Ohio, un Estado que todo candidato republicano ha ganado cuando ha sido presidente, y a la inversa: cuando el candidato no vencía allí, perdía la Casa Blanca.
"Veremos qué es lo que dice la gente. Éste el es momento en que el pueblo expresa su voluntad", dijo Bush al salir del parque de bomberos y ambulancias del pueblo de Crawford (705 habitantes). La expresión del presidente -que deseó con toda cortesía "lo mejor para John Kerry"- era algo apagada; no está claro si se trataba de cansancio, resignación -porque tenía datos negativos desconocidos para el resto- o si obedecía a la serenidad del que está convencido de la victoria. En todo caso, estaba tranquilo: "Es refrescante pensar en que uno lo da todo y después no tiene más que esperar a que la gente tome la decisión adecuada. Creo que voy a ser yo, para que pueda seguir adelante y dirigir este país".
Aunque en EE UU no existe día de reflexión y se puede hacer campaña incluso durante la jornada electoral -siempre que no se acose a los ciudadanos a la entrada de los colegios electorales y no se haga propaganda dentro del recinto-, es habitual que los candidatos se lo tomen con tranquilidad el día de la votación: depositar el sufragio con la familia, hacer una declaración ante la prensa y esperar los resultados. Pero la Casa Blanca estaba ayer tan preocupada ante la posibilidad de la derrota que Bush rompió esa tradición y estuvo en Ohio. Ganar allí no garantizaba la victoria, pero perder era, muy probablemente, el final.
En Columbus, la capital del Estado, el presidente visitó el cuartel general de la campaña para dar las gracias a los voluntarios y seguidores y hacer otra declaración ante las cámaras, acompañado, como en Crawford, por Laura (a diferencia de Kerry y su mujer, que votaron cada uno por su lado y en ciudades distintas: ella en Pittsburgh y él en Boston). Bush repitió que su equipo y él han hecho todo lo posible para explicar por qué cree que es "el más adecuado para dirigir el país".
Bush, que ha tenido malos presagios en los últimos días -la derrota del equipo de fútbol americano de Washington el domingo antes de las elecciones, lo que desde 1936 ha anticipado la derrota del presidente en ejercicio, y el triunfo del equipo de béisbol de Kerry, los Red Sox de Boston- amaneció ayer con uno a favor. Logró una victoria simbólica en un pueblo de New Hampshire, Dixville Notch, que desde hace 44 años mantiene la tradición de votar a las doce y un minuto de la madrugada del día de las elecciones. Bush consiguió 19 votos y Kerry 7. Pero Dixville Notch está en una zona republicana y ha votado conservador siempre desde 1972. Incluso Kerry tuvo dos votos más de los que consiguió Al Gore en el año 2000. En el vecino Hart's Location, que también se apunta al voto temprano, el resultado reprodujo con fidelidad la foto final que las encuestas daban hasta ayer: Bush consiguió 15 votos, Kerry otros 15 y el ecologista Nader, uno.
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