Algas como fertilizantes y pesticidas
Con tecnologías de cultivo inéditas y una gama de extractos de macroalgas y microalgas marinas, que combina sustancias bioactivas de seis especies, se ha creado un producto ecológico que puede sustituir a los fertilizantes y pesticidas. Algacan es la primera patente fruto de esta línea de investigación del Centro de Algología Aplicada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Este producto, con efectos bioestimulantes e insectífugos (repelente de mosca blanca y otros insectos dañinos) es apto para la agricultura ecológica, asegura Guillermo García Reina, catedrático de Biología Vegetal en la citada universidad. Desde 2003 se ha experimentado a escala comercial con resultados muy significativos en cuanto al aumento de la producción y reducción de mosca blanca en hortalizas y vid. Asimismo su aplicación en campos de golf ha permitido reducir a la mitad el consumo de pesticidas.
La acción de estos extractos de algas, añade García Reina, se debe al efecto combinado de la diversidad de un tipo especial de azúcares presentes en las paredes celulares de las algas (oligosacáridos) empleadas en su fabricación, que actúan como ganzúas en las cerraduras que desencadenan los mecanismos de defensa e inmunitarios de las plantas terrestres. La activación del sistema inmunitario de los cultivos tratados genera mayores producciones, de mayor calidad y mas resistentes a enfermedades y al estrés ambiental.
El Centro de Algología Aplicada pretende desarrollar bioindustrias no contaminantes explotando los recursos mas abundantes de Canarias: sol y agua de mar. Los trabajos iniciales del centro desarrollaron sistemas de policultivos marinos integrados, consistentes en asociar los efluentes de piscifactorías (cargados de amonio, fosfatos y CO2) con tanques de cultivo de macroalgas marinas (que absorben estos compuestos contaminantes). "Las macroalgas generadas en este sistema de biofiltración son aptas para consumo animal, extracción de metabolitos bioactivos, pigmentos, o elaboración de bioestimulantes agrícolas", explica García Reina. "Por ello, la primera patente generada por el centro fue precisamente un sistema de biofiltración del CO2 de gases de combustión asociada al cultivo intensivo de macroalgas marinas."
A principios del año 2000 comenzaron el desarrollo de tecnologías de cultivo de microalgas para consumo animal y humano. Las microalgas que actualmente producen pertenecen al género Spirulina, una microalga muy primitiva, originada hace unos 3.000 millones de años, que se caracteriza por un contenido muy elevado en proteínas de alta calidad, en ácidos grasos poliinsaturados y vitaminas. García Reina señala que actualmente la investigación está dirigida a la identificación de nuevas especies de cianobacterias (microalgas primitivas) hiperproductoras de polisacáridos de pared celular, a su tecnología de cultivo y al aislamiento de fragmentos de tales polisacáridos que muestren una mayor actividad como disparadores de respuestas inmune en plantas terrestres.
Otro de los retos del equipo del Centro de Algología Aplicada,en colaboración con otros científicos de universidades de Madrid y de Córdoba, es estudiar la actividad de estos oligosacáridos de algas sobre la activación del sistema inmunitario humano. Para ello cuentan con la gran diversidad de estas especies de microalgas detectadas en los microclimas de Canarias.
Banco Nacional
Todas estas investigaciones han llevado a crear recientemente el Banco Nacional de Algas en el Centro de Algología Aplicada, "un centro de referencia nacional para la identificación y conservación de algas, que facilitará", según el catedrático, "tanto un mejor conocimiento y conservación de un tipo de biodiversidad muy poco estudiada, como su aplicación a una bioindustria no contaminante muy prometedora".
En el 2002, se creó una empresa spin-off en colaboración con la universidad, denominada Seaweed Canarias, que, con una inversión de 1,4 millones de euros, construyó una planta industrial para la producción de Algacan y Spirulina. La spirulina esta siendo desarrollada como "el alimento del futuro", muy rica en todos los nutrientes y sin embargo pobre en grasas y eficaz en el control del colesterol. Por ejemplo, contiene de un 65% a un 70% de proteína, con todos los aminoácidos esenciales en perfecto balance. Como dato comparativo, la carne tiene un 22% de proteína.
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