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Entrevista:CLAUDETTE HABESCH | Presidenta de Cáritas en Palestina

"Si no se educa a la mujer no habrá desarrollo en Oriente Próximo"

Claudette Habesch es la cabeza visible de Cáritas en Palestina y en la vasta región de Oriente Próximo y el Norte de África (MONA). Es la única mujer que preside una de las siete regiones transnacionales de la organización católica de rostro más humano. Es también una afable dama de ojos claros habituada a tratar con obispos y agentes sociales. Habesch considera que la pobreza es un enemigo a combatir, un mal endémico cuyo principal antídoto es la educación. Pero su identidad palestina se hace sentir en cada una de sus respuestas. "Tenía siete años en 1948, cuando la ONU, bajo mandato británico, entregó mi tierra y mi casa al Estado de Israel. Ahora no puedo acceder a la casa de mis padres ni hacer valer mi derecho a la propiedad. Algún día Israel tendrá que enfrentarse a la restitución de las posesiones palestinas", advierte.

"En la Universidad de Belén, las alumnas constituyen el 68%"
"Para la mujer palestina recuperar la libertad pasa por el fin de la ocupación"

Pregunta. Es palestina y católica. Dos identidades muy fuertes y nada cómodas. ¿Cómo coexisten?

Respuesta. Es una sola identidad. Los cristianos palestinos, aunque pequeños en número, estamos perfectamente integrados. Nací en una familia cristiana y he sido educada como tal y como palestina. Somos un único pueblo. La educación es la misma; sólo las creencias son distintas. Es peligroso enfrentar ambas religiones. Los cristianos respetamos el islam y la convivencia interreligiosa es buena.

P. Aunque vayan de la mano, ¿en cuál de estas dos religiones sobrevive mejor la mujer?

R. En la emancipación de la mujer influye más la educación recibida que la religión. Es verdad que en la religión musulmana si el marido le dice a su mujer "me divorcio de ti" tres veces seguidas se considera divorciado... También lo es que un musulmán puede tener cuatro esposas, pero siempre que sea capaz de tratar justamente a cada una, y como comprenderá....

P. Es improbable que cada una se sienta justamente tratada. Pero es una prerrogativa masculina. El hombre es el centro de la vida.

R. Ésos son los aspectos sociales o políticos del islam. Los cristianos tendríamos que conocer el Corán, tiene valores muy bellos.

P. Estudió trabajo social y en 1983 entró en el comité ejecutivo de Cáritas Palestina. En 1995 fue elegida secretaria general de Oriente Próximo y Norte de África. ¿Qué hace Cáritas en zonas tan castigadas?

R. Estar al lado de los pobres, los huérfanos, los necesitados; eliminar toda discriminación por sexo, nacionalidad, religión; extender la educación... Cáritas no quiere ser sólo la voz de los sin voz. Les damos la voz a ellos directamente.Tenemos muchos proyectos para el desarrollo de mujeres y niños. Contamos también con dos centros médicos en la franja oeste, con unidades de emergencia a domicilio para atender a enfermos o parturientas que no llegarían a tiempo al hospital debido a los muchos controles que tienen que pasar.

P. ¿Con qué medios cuentan?

R. Tenemos un departamento de microcréditos para ayudar en sus proyectos a los que no tienen avales para recibir préstamos bancarios. Las cantidades oscilan entre 2.000 y 10.000 dólares y tienen 24 meses para devolverlos. Tenga en cuenta que el paro es alto y el 55% vive por debajo del umbral de la pobreza. Cáritas ha creado planes de emergencia que incluyen no sólo comida, sino ropa y material escolar. Cáritas es una gran familia y los países ricos nos ayudan.

P. ¿No se necesitan, además, iniciativas en favor de la mujer?

R. Para la mujer, recuperar la libertad pasa por el fin de la ocupación. Somos parte del mismo pueblo y nos han demonizado. La sección de juventud de Cáritas impulsa la reconciliación de las partes en el conflicto palestino-israelí para acabar con el sufrimiento de la ocupación. No tendremos libertad ni justicia sin solucionar este problema. En el aeropuerto, camino de Madrid [para asistir al encuentro anual de la red Euro-árabe de ONG para el desarrollo], una agente me cacheó hasta la extenuación; me sentí vejada. Antes de que mi hija se dedicara a algo así, le rompería las piernas. Si eso es la victoria, no quiero ganar...La solución es que haya dos estados, haciendo concesiones.

P. Aunque la guerra dinamite e impida cualquier proceso, la mujer tiene, además, la desventaja de su subordinación.

R. No generalicemos. Algunas mujeres de Oriente Próximo pueden competir por su estilo de vida con las europeas: estudian, trabajan, viajan solas, dan conferencias. Lo básico es que la mujer acceda a la educación superior y que no se frene su capacidad. Si no se da educación a la mujer no habrá desarrollo en la región. En la Universidad de Belén, las alumnas constituyen el 68%. Y hay que lograr iguales salarios y derechos que los hombres. Lo defendimos en la Conferencia de Pekín, donde formé parte de la delegación vaticana.

P. Es curioso que el Vaticano y los países islámicos mantuvieran entonces posiciones similares frente al aborto y la anticoncepción.

R. Contra el aborto sí, vamos juntos. Respecto a los anticonceptivos hay divergencias. Pero la clave de la libertad de la mujer está en la educación. Las mujeres somos lo que hacemos. Las que actúan, las que hacen, ésas van adelante. No vivamos de estereotipos.

Claudette Habesch, en los jardines de Casa de América, en Madrid.
Claudette Habesch, en los jardines de Casa de América, en Madrid.MANUEL ESCALERA.

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