Las asignaturas pendientes de Trichet

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), el ingeniero y economista francés de 62 años Jean-Claude Trichet, ha cumplido un año al frente de la institución encargada de velar desde Francfort por el euro, y su gestión ha recibido en general buenas notas. Se alaba la continuidad en el trabajo de Trichet, que no se ha visto obligado a modificar los tipos de interés en la zona euro, fijados desde junio de 2003 en un 2%, el nivel más bajo desde el final de la II Guerra Mundial.

No obstante, el cielo no se presenta del todo despejado ante el futuro. Trichet tendrá que afrontar desafíos derivados de la elevada cotización del euro respecto al dólar, el alto precio del petróleo, los incumplimientos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de los países centrales de la Unión Europea y las consecuencias de la ampliación de la misma a los países del Este de Europa.

Las pruebas de fuego para la gestión de Trichet no han llegado todavía. Trichet contempla con preocupación el elevado precio del petróleo, pero esto ha podido compensarse gracias a la alta cotización del euro respecto al dólar. El BCE parece tranquilo sobre la evolución de la inflación de la zona euro y espera que se mantenga en torno al 2%. Mientras esto no cambie no se vislumbran motivos para modificar los tipos de interés.

Su antecesor en el cargo, el holandés Wim Duisenberg, ministro en varios gobiernos socialistas de su país, se había prestado a renunciar a su cargo a la mitad de su mandato y dejar libre el despacho en el último piso del rascacielos del BCE en Francfort a un francés. La presunta implicación de Trichet en un escándalo sobre las cuentas del banco Crédit Lyonnais retrasaron su ingreso al frente del BCE hasta que los tribunales de justicia se pronunciaron de forma definitiva y le dejaron limpio de polvo y paja para custodiar la moneda europea.

En una encuesta de Reuters entre 67 economistas de los bancos y profesores de economía, casi dos tercios alaban que el estilo de la comunicación ha mejorado con Trichet y sólo cuatro sostienen lo contrario. Se le critica por haber dejado de usar en sus declaraciones una fórmula de su antecesor al referirse a los tipos de interés. Trichet no dice que sean "adecuados". Esta omisión creó confusión en un primer momento y algunos interpretaron que esto podía indicar que se avecinaba una modificación. Este giro en la comunicación obliga aún más a leer entre líneas.

Se alaba la continuidad y control que ha impuesto Trichet en el BCE, así como su forma de ejercer la jefatura y lograr una mayor disciplina entre las personas que forman el gremio directivo, que no emiten mensajes contradictorios. "Este estilo de Trichet, decir con muchas palabras siempre el mismo mensaje sobre la credibilidad y vigilancia, corre menos riesgos de provocar meteduras de pata", asegura Reuters. En la encuesta de la agencia sobre los mejores guardianes de la política monetaria, Trichet ocupa el tercer lugar detrás del jefe de la reserva federal de EE UU, Alan Greenspan, y del británico Mervyn King.

El nuevo jefe del BCE decepciona a los periodistas, sin embargo, porque nunca se sale de las líneas del comunicado habitual.