El Gobierno espera a Kerry para reajustar su política exterior
No hacen falta sondeos para intuir que la mayoría de los españoles que se opuso a la guerra de Irak, incluidos muchos que votaron al PP el 14 de marzo, desea el triunfo de John Kerry, con la convicción de que el demócrata traería nuevos aires que permitirían recomponer las relaciones con EE UU, y en particular la de España, e incluso abordar el conflicto de Irak con mejores miras. Tampoco puede ser un secreto que el Gobierno preferiría el relevo, aunque tanto el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, como sus ministros se mantienen escrupulosamente neutrales, como aconseja la más elemental prudencia política.
Entre los políticos, las opiniones varían desde el optimismo del PSOE, que, sin ocultar sus filias por Kerry, sostiene que las relaciones hispano-estadounidenses habrán de mejorar sea cual sea el resultado, y el pesimismo del PP, que vaticina un oscuro porvenir bilateral quienquiera que sea el presidente. Otros expertos, como el ex ministro de Defensa y presidente del Real Instituto Elcano, Eduardo Serra, estiman que el tema no debería servir para suscitar ilusiones ni dramas.
El PP cree que, gane quien gane, el panorama no puede ser más malo para España
Rafael Estrella, portavoz de Exteriores del PSOE, afirma que el balance de la primera presidencia de Bush es tan malo que el próximo líder de EE UU tendrá que cambiar de política. Ello facilitará la recomposición de las relaciones, según Estrella.
"Bush se presentó en 2000 como el presidente de la unidad y ha fracasado. Los americanos están hoy divididos, EE UU está dividido de Europa, lo que es muy negativo, y el mundo es hoy mucho más inseguro. Quien gane las elecciones tendrá que abordar los problemas de Irak y de Oriente Próximo, así como reconstruir la relación trasatlántica sobre el respeto mutuo y principios compartidos", explica el diputado socialista.
Dicho esto, es claro que Kerry sería la opción de Estrella. "John Kerry representa una oportunidad porque tiene credibilidad para dar el giro necesario", afirma el portavoz. El diputado socialista reconoce, no obstante, que el candidato demócrata no tendría "un margen de maniobra fácil" en la Casa Blanca, ya que "está muy limitado" por la herencia de Bush.
"La relación con EE UU es una prioridad, y está claro que España puede ayudar a la reconstrucción de Irak sin enviar tropas", concluye el diputado, que no teme que un Kerry victorioso pudiera volver a pedir un esfuerzo militar español. Zapatero ha repetido que las tropas españolas no volverán, ni siquiera bajo el mando de Naciones Unidas.
Gustavo de Arístegui, portavoz de Exteriores del PP, entiende que este análisis es ilusorio y opina que "el panorama [de las relaciones entre Madrid y Washington] no puede ser peor, gane quien gane". El motivo, según el diputado popular, es que el Gobierno del PSOE ha cometido errores graves. "Uno de los grandes temas pendientes de la política exterior española es el desconocimiento de EE UU, sobre todo por parte de la izquierda" indica.
"Se cometen errores graves", prosigue. "Por ejemplo, que Zapatero no se levantara para saludar el paso de la bandera estadounidense en el desfile de la Fiesta Nacional del año pasado se considera en EE UU como una ofensa a todos los estadounidenses, republicanos o demócratas".
"Creo que el análisis que hace el Gobierno y el PSOE sobre el cambio que supondría Kerry implica no saber nada acerca de los dos principales asesores del candidato demócrata. Kenneth Pollack y Ron Ashmush son dos expertos que creen en el eje traslatlántico, que son europeístas, pero no entienden el lenguaje de los sesenta que emplea este Gobierno".
De Arístegui tiene claro que "Bush mantendrá una política de distancia y gelidez, pero Kerry tendría que hacer gestos incluso más evidentes y más duros, porque necesitará mandar mensajes claros al electorado conservador. El panorama no puede ser peor, gane uno o gane otro", concluye el diputado.
Sobre estas dos visiones irreconciliables incide Eduardo Serra con la advertencia de que no hay motivos para suscitar ilusiones ni dramas. En su opinión, dato fundamental es que la política exterior de EE UU "es diseñada por los think-tank [centros de análisis] con años de antelación y apenas varía de una Administración a otra".
Serra no espera, pues, grandes cambios quienquiera que sea el vencedor, aunque admite que la victoria de Kerry supondría "una segunda oportunidad" para el Gobierno español frente a las relaciones con la Administración de Bush.
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