Maragall sorprende al Consell al asumir la traducción valenciana
González Pons considera que la iniciativa pone en peligro el resultado del referéndum
El portavoz del Consell, Esteban González Pons, arremetió ayer contra el Gobierno de Cataluña por la iniciativa, que tachó de "pillería", de asumir como propia la traducción al valenciano de la Constitución europea remitida por el Consell al Ejecutivo central. González Pons calificó de "frivolidad" la iniciativa del presidente catalán, Pasqual Maragall, y añadió que "si se abre una polémica en la que, al final, el pueblo valenciano o una parte importante del pueblo valenciano no se siente representado por una Constitución europea que no se ha traducido al valenciano y con el nombre de valenciano, el Consell de la Generalitat no puede hacerse responsable de los resultados de ese referéndum".
La Generalitat catalana decidió asumir como propia la versión valenciana de la Constitución europea después de que en las últimas semanas el Gobierno valenciano se negara en reiteradas ocasiones a aceptar la propuesta de presentar un solo texto traducido que se denominara catalán-valenciano o valenciano-catalán. De esta manera el Ejecutivo que preside Pasqual Maragall pretendía acabar, por la vía de los hechos, con la polémica política creada en torno al reconocimiento por las instituciones europeas de las lenguas diferentes del castellano de las nacionalidades históricas de España: euskera, gallego y catalán, denominado también valenciano.
El Consell rechazó ayer de plano la iniciativa de Maragall y criticó que la decisión se adoptara de forma unilateral. "¿Por qué no viene a hablar con nosotros?", se preguntó primero, en alusión al Gobierno catalán, González Pons, quien al final dijo algo muy distinto, al asegurar que el Consell no quiere negociar: "No tenemos necesidad ni intención de negociar nada en relación con la traducción de la Constitución europea".
"Nosotros tenemos el derecho, y queremos, y exigimos, una Constitución europea que diga Constitución europea en valenciano y que esté traducida al valenciano por la Generalitat Valenciana, con el visto bueno de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, y no nos moveremos de ahí", dijo el portavoz, quien añadió que así lo han trasladado al Gobierno central, de forma que si éste adopta una posición diferente lo hará sabiendo que es "contraria a la legalidad" y a la intención de la Generalitat, y entonces el Consell "se sentirá libre" para adoptar las medidas legales que considere.
El Consell asegura que la iniciativa de Maragall supone "complicar el resultado del referéndum de la Constitución europea", porque si se abre una polémica al respecto, parte del pueblo valenciano puede no sentirse "identificado con una Constitución que no ha sido traducida al valenciano". Y en esas condiciones, según González Pons, el Consell "no se puede hacer responsable del resultado del referéndum", en alusión al rechazo que produciría entre los grupos blaveros. Preguntado por el absurdo que sería depositar en Bruselas dos versiones de la Constitución que sólo se diferencien en el título, el portavoz dijo que si los catalanes no quieren tener un ejemplar traducido según las normas del Institut d'Estudis Catalans, "es su problema".
La versión de la Constitución europea remitida por el Consell al Gobierno central ha sido traducida por los técnicos de la Dirección General de Política Lingüística y cuenta con el visto bueno de la Académia Valenciana de la Llengua, entidad normativa del valenciano. Y la enviada por Maragall es exactamente la misma: una copia que sólo se diferencia en la portada, donde figura que es la versión en catalán.
El Gobierno dispone de cuatro traducciones, enviadas por otras tantas comunidades autónomas, y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que ayer acudió a Roma con un ejemplar en castellano de la Constitución europea, llevará la próxima semana a Bruselas las versiones correspondientes a las lenguas cooficiales de las comunidades autónomas: una en euskera, otra en gallego y una tercera en catalán/valenciano. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, eludió ayer entrar "en valoraciones en la controversia del valenciano" sobre la traducción de la Constitución.
La Acadèmia Valenciana de la Llengua no se pronunció ayer sobre la cuestión para no interferir en los trabajos sobre la denominación de la lengua que está elaborando una ponencia dentro de la propia institución.
El ex presidente catalán Jordi Pujol consideró ayer en Valencia positiva la decisión de la Generalitat catalana, que al mismo tiempo contradice las acusaciones de determinados sectores valencianos sobre el "imperialismo catalán".
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