El pueblo de Arén conecta con Wi-Fi a todos sus niños

La escuela rural es muy distinta a la de las ciudades. En el pueblo de Arén, ocho chicos y chicas de distintos cursos de primaria conviven en la misma clase y comparten profesora. Eso sí, todos emplean un Tablet. Pasadas unas semanas, los alumnos podrán llevar el ordenador a sus casas y conectarse a la escuela por medio de una red inalámbrica que les permitirá acceder a la intranet educativa.

A las pocas semanas de que la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) haya inducido el cierre de la red sin hilos del Barcelona para ver páginas municipales, con el argumento de proteger la competencia, el pueblecito de Arén estrena su red sin hilos con fines educativos. En este pueblo no llega el cable, ni el ADSL, ni compañía telefónica alguna que se interese por dar Internet. Miguel Gracia, alcalde de Arén, habla orgulloso de las huellas de dinosaurio que se pueden encontrar en los alrededores del pueblo. "En este territorio", resume el alcalde Miguel Gracia, "a quien hay que proteger en primer lugar es al ser humano".

La iniciativa en el pueblo de Arén forma parte de un proyecto más amplio del Gobierno de Aragón, que pretende generalizar el uso de Tablet PC, y de las nuevas tecnologías en general, en los centros de primaria aragoneses.

El objetivo del gobierno aragonés es introducir en los colegios 8.000 Tablet-PC antes del año 2007, en colaboración con Microsoft y Toshiba. Aragón fue pionera en experimentar en las aulas con los Tablet PC, unos ordenadores de kilo y medio de peso, que, entre otras cosas, reconocen los textos y permite la escritura manuscrita.

Los alumnos de Arén, un pueblecito oscense de unos 300 vecinos, se conectan a la intranet de la escuela desde sus casas a través de una red inalámbrica.

Se trata, como sucede en las universidades, de un grupo que empleará la red para su propio uso.

El caso puede figurar entre las excepciones que se consideran en la Ley General de Telecomunicaciones para que sólo puedan prestar el servicio los operadores autorizados. Se trata de lo que en la CMT consideran que es "autoprestación" del servicio porque no hay oferta al público que pueda entrar en competencia con la de las operadoras.

En los pueblos donde nadie proporciona banda ancha para el acceso a Internet resultaría paradójico que se dejara sin acceso a la Red a usuarios que no pueden contratar con ninguna operadora. "En la CMT no nos dedicamos a trabajar contra la Sociedad de la Información", asegura un portavoz.

Tanto en los expedientes sancionadores a Atarfe (Granada) y Puenteareas (Pontevedra), como con la red Wi-Fi de Barcelona, la CMT ha aclarado que, según la legislación vigente, las instituciones no pueden facilitar el acceso a Internet ni siquiera gratuitamente a los ciudadanos, porque entra en competencia con las compañías que dan el servicio.

No obstante, en España se están poniendo en marcha decenas de redes inalámbricas por iniciativa de ayuntamientos y, en algunos casos, de colectivos ciudadanos que se ponen de acuerdo para compartir el acceso a Internet y a otras redes particulares.

La CMT reconoce que su capacidad inspectora no alcanza a los 8.000 municipios e informan de que sólo es necesario obtener una licencia de operador y no financiar la red con cargo a los presupuestos de las instituciones para no entrar en competencia con las operadoras.