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EL FUTURO DE EUROPA | La nueva Comisión

Barroso no logra asegurarse en el Parlamento Europeo votos suficientes para la Comisión

El nuevo equipo sólo tiene garantizado en la votación de hoy el respaldo de la derecha

Gabriela Cañas

La sesión de investidura de José Manuel Durão Barroso dejó ayer la puerta abierta, más que nunca, a la posibilidad de un rechazo del Parlamento Europeo a la Comisión Europea que pretende presidir. Cerrado en banda a cambiar al comisario de Justicia, Rocco Buttiglione, o a restarle competencias, su oferta de luchar contra la discriminación no convenció a centro-izquierda. Los grupos políticos -excepto la derecha y los nacionalistas- mostraron su rechazo al equipo de Barroso, quien, crispado, acusó a los que le niegan el voto de situarse con los extremistas y los antieuropeístas.

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Barroso prometió lanzar de forma inmediata una directiva-marco contra todo tipo de discriminación, incluida la ejercida en razón de la orientación sexual, y crear una Agencia Europea de Derechos Fundamentales. La oferta ni siquiera mereció el comentario de los parlamentarios. "Su respuesta es poco aceptable", dijo el líder los socialistas, Martin Schultz, cada vez más confiado en su posición dado el respaldo de las principales delegaciones de su grupo, como la francesa, la española, la británica y la alemana.

"Su oferta llega demasiado tarde", le espetó un inflexible Graham Watson, el jefe de los liberales. "Aquí hay un elefante invisible que son los países miembros y se han negado a ayudarle aceptando un cambio en su equipo". "Debe usted respetar las instituciones", clamó el líder de los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, quien añadió: "Diga a su gente que deje de molestarnos. No ha hecho usted más que llamar a todos, sobre todo a las capitales. Los socialistas británicos están hartos de hablar con Downing Street". "Lo que usted va a conseguir aquí es una derrota histórica o una victoria pírrica", sentenció el jefe de Izquierda Unitaria, Francis Wurtz.

"Nos opondremos a esta comisión porque éste es un lugar para retiro de los políticos. No es una institución democrática", dijo el euroescéptico británico Nigel Paul Farage. "Esta comisión es antieuropea y muchos de sus comisarios tienen conflictos de intereses", dijo Luca Romagneli, de la extrema derecha italiana.

Hans-Gert Poettering, presidente del Partido Popular Europeo, el que exigió un presidente de su color político tras la victoria electoral del 13 de junio, defendió las tesis del propio Barroso: "El viernes se firma la Constitución y todo el mundo sabe lo difícil que va a ser sacar los referendos adelante. Con un rechazo de la comisión será más difícil todavía". A Poettering, como a Barroso, no le salían ayer las cuentas a favor de la nueva comisión que debería tomar posesión el próximo lunes. "Estamos trabajando por lograr la mayoría", admitió, y, a renglón seguido, mencionando nuevamente en esta crisis sus convicciones, añadió: "Como cristiano, no pierdo la esperanza". "El rechazo de la Comisión sólo será un éxito para aquellos que no creen en la Unión Europea", advirtió el jefe de los populares españoles, Jaime Mayor Oreja.

El centro-izquierda de la Eurocámara desaprueba, en general, la forma en que Barroso está gestionando esta crisis, que se inició con la comparecencia de Neelie Kroes, una mujer de negocios involucrada en una cuarentena de empresas, y que estalló con las declaraciones ante el Parlamento de Buttiglione admitiendo que considera pecado la homosexualidad y abogando por un papel conservador de la mujer en el matrimonio. Posteriormente, Buttiglione arremetió contra las madres solteras y contra el Parlamento, al que acusó de emprender una inquisición anticristiana.

Muchos eurodiputados tacharon a Barroso de arrogante por desoír a la Eurocámara y ayer no percibieron ningún avance positivo en su posición. "Parece que ha venido a buscarse enemigos en vez de amigos", dijo el socialista español Antonio Masip. Su jefe de filas, Enrique Barón, resumió así la evidencia: "Barroso ha perdido en dos meses un tercio del apoyo que tenía".

Entre las filas liberales hubo duras críticas a la petición de Barroso de reunirse con el grupo a partir de las siete de la tarde, en un intento desesperado por atraerse el voto de un grupo susceptible de equilibrar la balanza en su favor. No lo logró. El mismo Graham Watson dijo estar personalmente dispuesto a votar a favor, lo que generó en su grupo un enorme malestar. "Hay ambiente de revuelta", anunció Ignasi Guardans, de CiU e inscrito en el grupo liberal. Finalmente, los liberales votaron. 50 lo hicieron en contra de Barroso, 23 se mostraron a favor y cinco se abstuvieron.

El Consejo (los Gobiernos de los 25), que preside Holanda este semestre, fue invitado a la sesión de investidura, pero nadie acudió. Barroso se quedó ayer solo ante una Eurocámara hostil que votará hoy la investidura de Barroso y su colegio de comisarios.

José Manuel Durão Barroso, en un momento de su intervención.
José Manuel Durão Barroso, en un momento de su intervención.REUTERS

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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