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Entrevista:FERNANDO PARÍS | Constructor de casas bioclimáticas

"En la construcción ya no se hacen hogares"

Miquel Alberola

Pregunta. Ha decidido especializarse en la construcción de casas bioclimáticas.

Respuesta. Exacto. Soy constructor y hace años que me interesa la arquitectura bioclimática.

P. ¿Qué determina que un constructor convencional cambie de chip?

R. Me gusta, me parece que hace falta para un futuro mejor y nadie lo hace.

P. ¿Qué es la arquitectura bioclimática?

R. La arquitectura que más tiene en cuenta la energía. Son casas de alta eficiencia energética a través de su diseño, orientación y aislamiento. Pero no se trata sólo de ahorro energético, sino también de confort térmico para la casa, que no tiene radiaciones exteriores frías en invierno ni calientes en verano.

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P. ¿Se utilizan materiales distintos?

R. Si sólo es bioclimática, no; si combinas bioclimática y bioconstrucción, sí. Yo soy partidario de combinar las dos con la arquitectura popular mediterránea.

P. ¿El diseño es muy distinto?

R. Es lo más distinto. El diseño es la base del aprovechamiento de la energía natural. La casa bioclimática suele ser más sencilla por fuera: tiene menos hoja exterior. Cuanto más compacta, más fácil de mantener caliente en invierno y fría en verano.

P. ¿Es más cara que una casa convencional?

R. En principio, no.

P. ¿Esta técnica sirve también para torres de apartamentos?

R. Se aplica. Incluso mucho. Norman Foster la utiliza y, Renzo Piano, muchísimo. Una de las cosas que incluyen en sus edificios es la ventilación bioclimática, una especie de chimenea natural que en verano hace circular el aire caliente por térmica hacia arriba mientras el frío entra por debajo.

P. ¿Hasta qué punto la arquitectura popular no era bioclimática sin proclamarse?

R. Excepto el aislamiento de las ventanas, totalmente. Eran casas de medio metro de pared, aunque no tenían muy en cuenta la insolación porque no tenían ventanas grandes, pero estaban bien orientadas.

P. Usted pone mucho énfasis en la arquitectura mediterránea.

R. Me gusta la arquitectura popular, la que ya aplicaba el bioclimatismo antes de que se inventara esta palabra. Trato de aplicar lo que ya estaba consolidado, pero con otros materiales. Aunque sean menos ecológicos, huyo de radicalismos porque me gusta aplicar el sentido común y el pragmatismo.

P. Con la presión urbanística que hay, ¿usted no predica en el desierto?

R. Un poco, sí, pero cada día hay más conciencia por el medio ambiente. Y si podemos cambiarle el chip a unos cuantos, mejor. Hay que hacer pedagogía de la bioclimática, porque si no se fomenta, seguiremos haciendo casas cada vez peores. El medio ambiente tiene mucha importancia, aunque yo no soy ecologista.

P. No se puede ser constructor y ecologista.

R. Ni son todos los ecologistas terroristas, como piensan muchos, ni todos los constructores son unos tramposos, que hay muchos.

P. ¿Por qué no se construyen más casas bioclimáticas?

R. Porque ni los arquitectos saben lo que es. No se fomenta ni hace falta, porque a los constructores les sobra trabajo para que se calienten la cabeza como yo. Es lo de los hoteleros: para qué van a reformar el hotel si lo tienen lleno de todos modos. La construcción se ha transformado en un meganegocio, ya no se trata de hacer hogares y casas.

P. ¿Para usted no es un negocio?

R. Para mí es un trabajo, incluso un sentido filosófico. ¿Qué es una casa sin buen rollo? Igual soy demasiado soñador.

EN DOS TRAZOS

Fernando París (Barcelona, 1955) se ha construido en Dénia una casa que combina la bioclimática y la bioconstrucción. Es la primera que levanta en La Marina, de donde emigraron sus padres hacia Barcelona y Suiza, y no será la última porque ha convertido el bioclimatismo en su causa moral y profesional. Sin ser ecologista, es un convencido de que la construcción debe el máximo respeto al medio ambiente y de que la bioclimática puede contribuir a que se dejen de construir cada vez peores casas. Se proclama constructor y no promotor porque, aunque "es más complicado, es más creativo y se vive más tranquilo".

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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