El Foro Social de Londres reúne a miles de militantes contra la globalización
La izquierda de la izquierda de la izquierda se ha reunido durante cuatro días en Londres para discutir sobre la manera de construir un mundo mejor, renegar del capitalismo, criticar a George W. Bush y Tony Blair y manifestarse una vez más contra la guerra de Irak, ayer, por las calles de la capital británica. El Foro Social Europeo ha atraído a cerca de 20.000 delegados a la capital británica, aunque no han faltado voces denunciando que el alto nivel de vida de Londres y los precios de las entradas (entre 30 y 60 euros) han disuadido a los pobres, que han preferido quedarse en casa mientras otros con más posibles debatían en público sobre el radicalismo o sobre la Europa social, se pronunciaban contra las privatizaciones o contra la energía nuclear, ensalzaban el papel de la mujer en el mundo, especulaban sobre el destino de Europa como alternativa al imperialismo yanqui o escuchaban jazz-funk o percusión franco-brasileña.Bastaba darse un paseo por el Alexandra Palace, el vetusto complejo ferial del norte de Londes que atrás dio cobijo a un concurso de belleza femenina, para percibir algunas de las contradicciones del encuentro: desde jóvenes enardecidos y sonrientes vendiendo como en un mercadillo cualquiera camisetas anticapitalistas cuidadosamente diseñadas para mejor atraer al consumidor hasta el chocante espectáculo de ver a un grupo de militantes pasar sin más transición que un breve trayecto en autobús desde el Alexandra Palace a un despreciable MacDonalds.
Fin de fiesta
Ayer, en la plaza de Trafalgar, fin de fiesta de la multitudinaria manifestación que ha cerrado el fórum, el capitalismo de los anticapitalistas permitía a los curiosos adquirir desde modestas postales -a 90 céntimos de euro cada una- hasta camisetas o banderas por unos 12 euros al cambio, a elegir entre un Che Guevara con la leyenda "Hasta la victoria siempre", en castellano, o la bandera del arco iris que los pacifistas han arrebatado al movimiento gay añadiéndole la palabra "pace", paz en italiano.
Un grupo especialmente nostálgico había colgado una pancarta de apreciables dimensiones con los rostros de Marx, Lenin y Stalin. Un tenderete más modesto pedía "apoyo para el pueblo nepalí" y un joven de complejo peinado blanquinegro cercano al estilo rasta se pronunciaba por un rotundo "vota por nadie". "Si eres anti-Blair, anti-Bush y anticapitalista, lee El Socialista", proclamaba el tenderete del Partido Socialista británico, una formación que parece claramente a la izquierda del PSOE a pesar de la coincidencia de sus órganos de expresión.
Al encuentro no le han faltado algunas de las más tradicionales tensiones de la izquierda. Siempre dispuestos a taparle la boca a un socialdemócrata, dos centenares largos de anarquistas tomaron el sábado el control del auditorio central del fórum para impedir que tomara la palabra Ken Livingstone, alcalde de Londres, pagano de buena parte del encuentro y, desde hace unos meses, otra vez militante del Partido Laborista que lidera el primer ministro Tony Blair.
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