Angela Merkel frena la recogida de firmas contra la entrada de Turquía en la UE
La presidenta de la democracia cristiana alemana ve amenazado su liderazgo en el partido
La presidenta de la Unión Cristiano-Demócrata de Alemania (CDU), Angela Merkel, de 50 años, anunció, en una reunión con primeros ministros de los Estados federados de su partido en Berlín, la renuncia a la recogida de firmas contra el ingreso de Turquía en la UE. La decisión de Merkel supone un nuevo golpe a su liderazgo en la oposición democristiana. Al mismo tiempo, los últimos sondeos registran un descenso en la intención de voto a la oposición, ligero aumento de los socialdemócratas (SPD) y caída en la valoración de Merkel.
Merkel, según cita Bild Zeitung de la reunión interna de los primeros ministros democristianos, les dijo: "He recibido muchas cartas que expresan su preocupación de que la recogida de firmas contra la entrada de Turquía en la UE podría originar abusos". Añadió Merkel: "Tomo muy en serio esas consideraciones. Tenemos que excluir cualquier posibilidad de abuso. Por eso para mí el tema está liquidado".
Con la iniciativa de las firmas contra Turquía, Merkel había cumplido lo que parece ser su trayectoria política en las últimas semanas: pisar cuanto excremento se atraviesa en su camino. Con el apoyo a la recogida de firmas, Merkel se sumaba a una iniciativa de los socialcristianos de Baviera (Unión Social Cristiana, CSU) que desencadenó reacciones negativas en la CDU y en las asociaciones de turcos en Alemania que cuentan con un volumen electoral en torno a 700.000 votos. La frenada de Merkel supone un paso más en su desmantelamiento como líder de la democracia cristiana (CDU / CSU). Un 69% de los alemanes se opone, según las encuestas, a la recogida de firmas, aunque un 48% se declare opuesto al ingreso de Turquía en la UE, y un 45%, a favor.
El ruido del serrucho en las patas de la silla de Merkel al frente de la CDU se hace cada vez más insoportable. La situación de los democristianos y sus cada vez menos sordas disputas hacen realidad una frase tópica en la política alemana: "Hay adversarios, enemigos y compañeros de partido". Estos últimos son los peores, debe pensar Merkel estos días. El presidente del partido hermano la Unión Social Cristiana, el primer ministro de Baviera Edmund Stoiber, de 63 años, candidato derrotado en las elecciones generales de septiembre de 2002, no ha cesado de poner zancadillas a Merkel en lo que parece una estrategia orientada a conseguir de nuevo la candidatura democristiana a la cancillería. El verano pasado, Stoiber lanzó una andanada contra Merkel y su aliado del partido liberal (FDP) Guido Westerwelle, de 42 años, de los que dijo que no llegaban a los talones de los zapatos de sus competidores, el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder (SPD), de 60 años, y su ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, de 56 años. Stoiber desmintió estas declaraciones, pero flotan como una maldición sobre Merkel y Westerwelle, al que el primer ministro bávaro se refería como "el soltero de Berlín", en velada alusión a su homosexualidad que el dirigente del FDP reconoció de forma abierta en la fiesta del 50º cumpleaños de la presidenta de la CDU en Berlín.
En una crónica del Süddeutsche Zeitung se analizan las relaciones entre Merkel, Stoiber y Westerwelle. Constata la periodista que los dos correligionarios democristianos se tratan de usted, pero Merkel y Westerwelle, de tú. Éste es un detalle significativo en Alemania. La información subraya las dificultades del entorno de Stoiber para escoger los vocablos adecuados para referirse "a un homosexual y una protestante divorciada que viene del este de Alemania". Además de este conflicto de personalidades, Merkel y sus hermanos bávaros llevan meses enzarzados en una polémica sobre la reforma del seguro de enfermedad. La CDU y Merkel se inclinan por una cuota por cabeza igual para todos. Stoiber y la CSU consideran antisocial que tenga que pagar lo mismo el director de la empresa que su secretaria. Las espadas siguen en alto, pero los electores registran con rechazo esta evolución de la democracia cristiana. En el barómetro político difundido ayer, la CDU/CSU pierde dos puntos en intención de voto y cae a un 42% que, sumado al 6% de los liberales (FDP), les daría una ligera ventaja sobre el resto. Hace pocos meses, la CDU/CSU rebasaba el 50% en intención de voto. La popularidad de Merkel se encuentra bajo mínimos con un -0,3 en una escala de -5 a +5, por debajo incluso de Stoiber, que está en -0,1.
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