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Rusia da por saldadas sus diferencias con la OTAN

Las relaciones de Rusia con la OTAN han recuperado la normalidad a los cuatro meses de que el presidente ruso, Vladímir Putin, se negara a asistir a la cumbre de la Alianza en Estambul para protestar contra la integración de los países bálticos. Ahora, barcos rusos se sumarán a los aliados que patrullan el Mediterráneo en misiones de prevención. Siguen vivas, con discreción, las discrepancias entre la OTAN y Rusia sobre el modo en que Moscú aborda la crisis chechena.

"No hay problemas reales que nos impidan trabajar con la OTAN", anunció ayer el ministro ruso de Defensa, Serguéi Ivanov, al concluir la reunión informal del Consejo OTAN-Rusia celebrado como colofón de la cita de ministros de Defensa aliados en Poiana Brasov, en los Cárpatos. En junio, Putin no aceptó la invitación de asistir a la gran cumbre de Estambul en la que oficialmente se daba la bienvenida a siete países del Este, entre ellos los tres bálticos que formaron parte de la URSS. Dentro de un par de semanas, dos barcos rusos se sumarán a los que patrullan en el Mediterráneo para disuadir amenazas dentro de la operación Active Endeavour lanzada tras el 11-S.

El mayor problema ruso-aliado es ahora puramente técnico, según Ivanov: que cuando los distintos ejércitos tengan que trabajar juntos en operaciones de paz no cuenten con los mismos sistemas de mando y control ni con la misma tecnología.

Rumania, el gran candidato

Los planes de Washington de abrir nuevas bases en el este de Europa, con Rumania como gran candidato, no inquietan a Moscú. "Donald Rumsfeld me ha hablado varias veces y me ha informado de ello, aunque no haya trascendido", indicó Ivanov. Rusia va a abrir muy pronto una base militar en Tayikistán y concede derechos de sobrevuelo a franceses y alemanes para que aprovisionen las que París y Berlín tienen en otros países del centro de Asia, usadas también como apoyo a la misión de la OTAN en Afganistán. Ivanov expresó el deseo ruso de contar con un corredor, en las mismas condiciones, sobre Letonia y Lituania para comunicar con el enclave de Kaliningrado.

En la reunión se abordó el fenómeno terrorista, "que está en lo alto de la lista, tras Beslán y otros ataques", dijo el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer. "Todos hablaron de lo inadmisible de aplicar dobles raseros", señaló Ivanov, en aparente referencia a la aprobación aliada al modo en que Rusia aborda la tensión en el norte del Cáucaso. "Lo que hay es una guerra, y como en todas las guerras tenemos derecho a combatir a los terroristas, incluso con ataques preventivos". Fuentes aliadas matizaron la aseveración rusa. "No hubo reacciones a la intervención de Ivanov. No es cierto que la OTAN apoye el modo en que Rusia actúa en Chechenia".

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