El Supremo de EE UU analiza si es legal exhibir los diez mandamientos en edificios públicos
La delicada línea de separación entre Iglesia y Estado se tornó ayer más frágil que nunca en Estados Unidos. El Tribunal Supremo de este país puso fin a 25 años de silencio sobre la exhibición de grabados y monumentos alusivos a los diez mandamientos en lugares públicos tales como tribunales, ayuntamientos y otros edificios del Gobierno, al anunciar ayer su decisión de analizar dos disputas planteadas en los estados de Tejas y Kentucky entre quienes consideran que esta práctica es constitucional y sus opositores.
El primer caso fue originado por un monumento a los diez mandamientos situado en el jardín de un edificio gubernamental de Tejas, que fue donado por La Orden Fraternal de las Águilas, una organización de beneficencia, en 1961. El segundo caso versa sobre la legalidad de mostrar copias del decálogo en los juzgados de Kentucky, después de que el tribunal prohibiera a dos empleados del Gobierno colocar carteles con extractos de los mandamientos en los pasillos del edificio.
El tema ha causado una gran controversia al abrir diferentes interpretaciones de la Primera Enmienda de la Constitución de EE UU, aprobada en 1791, que señala que el Congreso no puede legislar sobre el tema de la religión.
Las plegarias del juez
Los defensores de estas exhibiciones religiosas celebraron ayer el paso dado por el Tribunal Supremo. "El señor ha escuchado nuestras plegarias", manifesto el antiguo juez del Condado de McCreary (Kentucky) Jimmie Green, a quien se ordenó quitar un grabado de contenido religioso alusivo a las tablas de la ley del pasillo del tribunal que presidía. "Soy un servidor de la ley, pero hay un poder superior por encima de ésta", alegó Greene al negarse a cumplir la orden. "Yo no podría quitar un documento tan sagrado. ¿Puede usted imaginar una razón mejor para ir a la cárcel que mantenerse firme en la defensa de los diez mandamientos?".
Los jueces del Tribunal Supremo analizarán este caso y el de Tejas a partir de febrero de 2005. Será la primera vez desde 1980 que la máxima instancia judicial del país se pronuncie sobre tan espinoso tema. En aquel año, el Tribunal sentenció que el decálogo divino no podía ser colocado en las aulas de los colegios públicos.
Desde entonces, la disputa ha llevado a una batalla que en algunos casos ha tenido tintes dramáticos. Es el caso del juez de Alabama Roy Moore, quien fue destituido de su cargo el año pasado por negarse a cumplir una orden del Tribunal Federal de retirar de un edificio gubernamental un monumento de granito de 2.500 kilos alegórico de los diez mandamientos. Moore había ordenado instalar el monumento en agosto de 2001 sin consultar con los demás integrantes de la corte, porque consideró que ese monumento simbolizaba el fundamento judeocristiano del derecho estadounidense.
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