CiU y PP aplauden la celebración de una cumbre sobre el Estatut, pero piden mayor concreción a Maragall
Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP) coincidieron ayer en reclamar a Pasqual Maragall que en la próxima cumbre de Miravet se fijen los puntos básicos del nuevo Estatut y no sirva sólo, tal como expuso el presidente catalán, para establecer "las reglas del juego" de la ponencia parlamentaria. "CiU fijará los criterios básicos del Estatut porque no tenemos miedo a plantearlos", alertó el convergente Artur Mas. El líder de los populares, Josep Piqué, pidió que todos los partidos "fijen sus límites para evitar así crear frustraciones".
Sin embargo, Maragall, en declaraciones a Antena 3 Televisión, reiteró ayer que la reunión en el castillo de Miravet (Ribera d'Ebre) debe servir para "establecer las normas de juego" del proceso de reforma estatutaria. "Vamos a hablar no tanto del contenido como de las formas sobre cómo debe llevarse el diálogo", agregó. El presidente catalán lamentó que "a veces" posibles acuerdos en la ponencia parlamentaria se vean dificultados "por un lado u otro por la desconfianza sobre el uso que va a hacer" el resto de formaciones políticas.
Pero Mas le replicó ayer que en la reunión se debería "fijar un calendario, unos contenidos básicos y poner sobre la mesa los problemas que haya para intentar negociarlos", y advirtió que si el punto de partida no es "la ambición de un futuro mejor para Cataluña, el nuevo Estatut puede convertirse en una mala herencia para las futuras generaciones". Mas manifestó que en Miravet exigirá a Maragall un compromiso claro "y a fondo en la elaboración del Estatut".
Piqué, por su parte, se mostró convencido de que el proceso de elaboración del Estatut exigirá "muchas reuniones" como la del próximo12 de noviembre en Miravet. El líder del PP catalán reiteró su voluntad de acudir a la reunión con una actitud positiva para no "obstaculizar nada" y criticó a CiU por "apropiarse de la interpretación correcta de los trabajos" de redacción estatutaria.
Respecto al PP, Maragall celebró que este partido haya "abandonado la actitud numantina que tenía de defensa cerrada de unos valores y de incapacidad de cualquier tipo de diálogo", lo cual consideró positivo para afrontar las modificaciones del Estatut.
