Vizcaya reduce líneas en sus autobuses por los 48 millones de pérdidas

La Diputación de Vizcaya reducirá a partir del próximo año líneas y frecuencias del autobús interurbano, el Bizkaibus, para disminuir el déficit de este servicio, que en 2003 se elevó hasta casi 48 millones de euros. El plan, que ya se ha empezado a aplicar en los trayectos a la Universidad de Leioa con supresión de líneas en horas valle, contempla también transbordos e implantar un transporte a la carta, mediante taxis, en zonas de Vizcaya apartadas. La Diputación quiere que entidades privadas y ayuntamientos colaboren en la financiación del Bizkaibus.

El Departamento foral de Obras Públicas y Transportes considera insostenible el modelo actual del Bizkaibus, que llega a 100 de los 111 municipios del territorio, al guipuzcoano de Eibar, el cántabro de Castro Urdiales y los alaveses de Amurrio, Artziniega, Ayala, Llodio y Okendo. Hace nueve años sólo cubría trayectos en el área metropolitana y el número de pasajeros anuales sumaba poco más de 19 millones. Ahora alcanza los 37 millones, al extenderse a todas las comarcas y aumentar las frecuencias. En algunos municipios donde los autobuses del servicio pasaban cada hora, hoy día lo hacen cada 15 minutos. El pasado año se llegaron a 104 líneas atendidas por 319 autobuses.

La consecuencia negativa, dado que en muchas franjas horarias los autobuses van casi vacíos, ha sido el déficit: de los 17 millones de euros en 1997 se ha pasado a los casi 48 de 2003, según los datos aportados ayer por el diputado de Obras Públicas y Transportes, Eusebio Melero. El Bizkaibus es gestionado por cinco empresas con las que la Diputación tiene firmados contratos en los que se establece que la institución asume el coste no cubierto por los ingresos de los billetes. La Diputación calcula que, con el actual modelo, en 2007 se alcanzaría un déficit de 70 millones.

Ocho líneas muy deficitarias

Para evitarlo, Melero presentó a las Juntas Generales el plan de reordenación de este transporte, cuya base es la reducción de líneas y frecuencias. El diputado expuso que ocho trayectos tienen un déficit anual de más de un millón de euros: las que comunican Bilbao con la costa (Gernika, Bermeo, Lekeitio y Ondarroa), Larrabetzu, Castro Urdiales, Ermua y Santurtzi, y el trayecto que une Muskiz, Barakaldo y Las Arenas.

El diputado foral, quien incidió en que este proyecto está abierto a cambios y mejoras, anunció varias decisiones definitivas del nuevo plan, que pretende implantarse el próximo 1 de enero. Así, se suprimirá el autobús que une las localidades de Etxebarri, Markina y Arbazegi con Gernika -como contrapartida, se oferta un transporte a la carta con taxis concertados- y la Diputación dejará de subvencionar el trayecto a Castro Urdiales. Ésta no desaparece porque es una concesión del Ministerio de Fomento, pero habrá otro operador "que deberá imponer el precio".

Además, se contempla la reducción de las frecuencias durante el verano, los festivos y fines de semana, así como la supresión de líneas al campus de Leioa en la Universidad del País Vasco en las denominadas horas valle. Esta medida se empezó a aplicar el pasado día 29 y afecta a tres líneas (desde Erandio, Getxo y Santutxu al campus) y se complementa con la supresión del trayecto desde Basauri y Etxebarri, que se fusiona con el existente en Galdakao y Basauri, y la disminución de frecuencias desde Gernika, Amorebieta y Ermua hacia la UPV. Estos cambios ya han movilizado a los estudiantes, que hablan de la supresión de 20.000 horas de transporte. Melero señaló que el Bizkaibus tiene una cobertura de uso del 35%, que en el caso de las líneas de la UPV se reduce al 21%.

El plan contempla, junto a la revisión de los contratos, más transbordos, la centralización de líneas en municipios como Gernika, Durango y Basauri, y buscar la ayuda financiera de "entidades que nos piden nuevas líneas", entre las que citó el ente gestor del aeropuerto de Loiu (AENA), el Parque Tecnológico de Zamudio y ayuntamientos.

La oposición, formada por PSE, PP, Ezker Batua, criticó que estos cambios no se hayan consensuado con usuarios y trabajadores y valoraron que se priman "criterios económicos" frente a los sociales.