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Los veterinarios denuncian agresiones y falta de medios para controlar la calidad de la carne

Los inspectores de Sanidad consideran que la plantilla debería cuadruplicarse

Miquel Noguer

Falta de medios, escasez de personal, mala coordinación y hasta agresiones. Ésta es la realidad que soportan a diario los veterinarios de la Generalitat, los mismos que deben garantizar la buena calidad de la carne que sale de los mataderos para surtir a todas las tiendas de Cataluña. Ayer, 350 de estos veterinarios presentaron un duro manifiesto en el que, sin querer causar alarma, dejan claro que sus condiciones de trabajo y la calidad del mismo distan mucho de ser idóneas. "El actual modelo organizativo imposibilita el control integral de la cadena alimentaria", advierten.

El conjunto de leyes y normas para garantizar la buena calidad de la carne que se consume en Cataluña obligan a que un inspector veterinario esté siempre presente durante los sacrificios de animales de los mataderos. Estos profesionales también deben inspeccionar con frecuencia las salas de despiece, fábricas de embutidos, frigoríficos, carnicerías y hasta restaurantes o comedores de empresa.

Y no llegan a todas partes. El cuerpo de veterinarios de la Generalitat está formado por un total de 508 profesionales repartidos entre tres departamentos: Salud (350), Agricultura (150) y Medio Ambiente (8). Mientras que los primeros se dedican a controlar mataderos, fábricas y comercios, los que dependen de Agricultura vigilan las explotaciones ganaderas. El problema es, según los 350 firmantes del manifiesto presentado ayer, que no hay comunicación entre unos y otros. Y pusieron un ejemplo: "A menudo detectamos que algunos ganaderos llevan animales a matar sin haberlos lavado previamente. El veterinario que detecta esta situación no puede alertar a la granja directamente, sino que tiene que pasar por la oficina territorial de Sanidad para que la información se transfiera a la sede de Barcelona y que alguien de allí haga llegar esta información a la sede territorial del Departamento de Agricultura... es demasiado tiempo", advirtió el veterinario

En el mismo manifiesto, apoyado por UGT, CC OO y el Sindicato de Veterinarios, entre otros, los profesionales reclaman incrementos de la plantilla. En el caso de los mataderos, actualmente trabajan 150 veterinarios, cuando "tendrían que ser 650", según las recomendaciones de la Unión Europea, advirtieron.

Pero lo peor son las situaciones de violencia que a menudo sufren cuando deciden paralizar un sacrificio o detectan alguna anomalía en el ganado. Los veterinarios hablan de amenazas con barras de hierro, insultos y ruedas pinchadas por parte de los responsables de los mataderos. "En los últimos tres meses hemos detectado al menos 15 casos de violencia", afirmó ayer Pere Sardà, del Sindicato de Veterinarios.

El manifiesto también denuncia "la laxitud" en la recaudación de las tasas de inspección previstas, lo que favorecería a la industria cárnica. "Estos gravámenes tienen que servir para financiar las tareas de las inspecciones", aseguró Sardà, quien denunció "la falta de transparencia" en su gestión.

A última hora de ayer, el Departamento de Salud emitió un comunicado en el que negaba que se haya dejado de cobrar ninguna tasa, y añadía que los mataderos pagaron por este concepto el año pasado 4,8 millones de euros. Esta cifra, sin embargo, representa la mitad de lo que los veterinarios consideran que se debería haber recaudado. Sobre las agresiones, el departamento recordó que existe un protocolo para tratar estos casos, aunque no respondió sobre las actuaciones emprendidas a raíz de tres agresiones concretas ocurridas este verano.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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